La Pareja Misteriosa del Alfa
vista d
odría ser provechoso para las dos manadas, no suponía ningún beneficio para mí. Para dejar todo en claro, me
ero me despidió y me dijo que ya no era asunto mío. No obstante, conociendo
me, de la manera correcta, en el momento adecuado. Era ducha en el empleo de diferentes tácticas, tanto duras como suaves. Me
. Enfadado, la penetré con fuerza. Su arrogancia acrecentaba mi enojo y, para desahogarme, empujaba con potencia, esperando hacerla sentir un poco de dolor. A pesar de t
guí penetrándola, como un autómata. Comencé a moverme cada
iño, no! ¡Tod
e todos modos. No me importaba
decir? Te dije que aú
o, Silvia. ¿Por qué tengo que p
imientos también. De todos
terminé
ano? ¿Necesitas que
la pija. Naturalmente, mi miembro se puso duro de nuevo. Sus manos lo acariciaron hábilmente, y, con un solo movimiento, lo desli
e?", maldijo, frustrada. L
antasear con Serena. Se me partió el corazón cuando la escuché decir que ya no sentía
Silvia me desper
enes que ver esto, no
da bueno, pero, como no podía
ngre en las venas. Los traficantes de esclavos de la manada y algunos otros hombres lo
a, rasgada por los latigazos, estaba manchada de sangre. Trató de gritar pidiendo ayuda, pero estaba amordazada. Muchos otros hombres lobo contemplaban la penos
ero, inmediatamente, se dio la vuelta. A pesar del dol
nse! ¡Det
antes de esclavos, per
s del Alfa. Por favor, no nos p
Silvia, quien disfrutaba
e sugeriste a mi padre?",
ndo la cruel mujer n
rta en una amenaza. La manada de la Luna Negra la ha cuidado durante muchos años; es el momento de que nos devuelva el favor. Y, por cierto, como est
exual? ¡Eres una
rechazaré como mi pareja. ¡Nuestro compromiso será anulado! Vas a tener que elegir entre ella y yo. Si la eliges, obviamente, no podrás convertirte en Alfa. Incluso, puede que Alfa Teodoro y Luna Zoe te expulsen para
almente en un millón de pedazos. Estaba lo
que me había enamorado de una pobre huérfana. Si insistía en salvarla, era muy probable que no me permitieran ser Alfa, como sugería Silvi
rrible dolor de cabeza hizo acto de presencia. Al notar mi sufrimi
s. Lo que hago es por tu propio bien. Eres el futuro Alfa de la manada y no puedes sacrificar tu grandioso porven
e que estaba en un momento de debilidad, aturdido, sin saber qué hacer. Solo me dejé lle
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lvia. No me esperaba que esa demente convenciera a Teodo
uchos otros esclavos eran mujeres y estaban aquí para recibir entrenamiento. Al igu
n ropa interior y me miraron
na forma. Si la entrenamos bien, segura
s para la subasta. ¿Crees que
entrenamiento. El tiempo es limitado, así
bitación pequeña. Había muchos instrumentos extraños de tortura sobre una mesa,
!", ordenó uno de lo
de esclavos me tiró al suelo de u
na esclava. ¡Y los esclavos deben obedecer las órdenes
cón, pero no me arrodillé. En el camino hacia la prisión, me había preparado mentalmente. Nunc
izado con mi actitud, y soltó un
portado como tú, pero al final ¡todos aprendieron a ser obedientes! Nuestros métodos de tortura no están diseñado
enas atadas a mi cuello. Al instante, caí al suelo y me agité incontrolablemente. Fue el sentimiento más t
exo oral". Uno de los hombres se ac
El primero movió su repugnante pene hacia mi cara, pero me di la vuel
osas no marchan m
tación. La perra había venido a verm
No nos hacen caso al principio, pero se vuelven sumisos y obedientes después de
d. Mientras más la tortures, mejores resultados obtendrás. Ella había
una buena lección. No se preocupe. Bajo nuestra su
nto?", preguntó ella señ
uesto, s
corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, haciéndome caer al suelo, en medio de un dolor
de mi cuerpo, tan poderosa y desconocida, que ni
mano de la perversa mujer sangraba abundantemente. Su rostro y los de los traficantes de esclavos habí