La Misteriosa Mujer Del CEO
estaba sentada en una esquina del café. Bajó la cab
que perdiste tu trabajo. Ahora, ponte en la piel de un jefe. Si usted es el CEO del Sybil Hotel, ¿puede soportar la maldición de un interno frente a muchos emplead
elyn dijo mientras a
llaje delicado en la cara y labios roj
ar la oportunidad? Usted es un empleado ¡No actúes como un niño mimado! Eve
De lo contrario, mis padres estar
taba tan enojada que levantó las esquinas de sus o
palabra? Aunque no me gusta Byron, ¡
odo era Anemone, per
vamente, ¡puedes pedirme que haga
tó la barbilla sin prisa. "Si te ayudo
s y sacó varias palabras de sus labios: "T
a y brillante, Doris Liang
ecursos Humanos, mientras que Doris Liang fue asignada a
ra "la flor del Departamento de Planificación". Con la ayuda de Doris Liang, fue fácil para Evelyn regresar a la empresa. Dori
. Yuan se arriesgó y aco
anos estaban alborotados. Los hombres se reunieron en el salón de té para hacer apuestas.
terior, el ambiente en la oficin
s! Ofendí al jefe solo. ¡Mientras me pidas que regrese a la co
o suficientemente grande? El CEO ha dado una orden. Solo soy un pequeño gerente de
fe del departamento financiero que hable por ella en persona. Si no hubiera sido
era equivalente a colgar un cu
añía, ¡haré cualquier cosa por ti! ¡Incluso si sirvo
Dije que no. Lo entiendes? N
ar sus palabras, sonó el te
ó el teléfono. "¿Hola? Pues soy yo. ¿Qué? ¿Hoy? Puede enviar a alguien desde el servici
gerente deambularon y finalmente se fijaron en la cara
ó su actitud decidida y preguntó tentativamen
to de inflexión, Evelyn
nció hace dos días. Son escasos de personas p
problema! Evelyn
calidad del servicio, el gerente general del Hotel Sybil los dividió en dos departamentos. El servicio de habitaciones solo era responsable de la l
ollar blanco y un vestido azul claro hasta la rodilla. Se peinó el largo cabello
o se limpiará tres veces al día, una a las 11 en punto del mediodía, una
mento de Logística le entregó
o!" Evelyn
cto. Una vez que te encuentres perezoso, ¡serás m
evitar encoger el cuello. Se inclinó levemente ante la gerente y lu
Evelyn entró y presionó el botón rojo del piso veintiséis. Al ver que el