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NEÚGIER

Capítulo 3 2

Palabras:1166    |    Actualizado en: 04/10/2021

RA SE

do, cada persona escondía al menos uno y no import

iante para todo aquel residente en el pueblo

o que estaba sucediendo, no había más que h

aterrada, es como si hubiese sido transportada tiem

de la furia que la había embargado al ver cómo planeaban asesinarla

udor, su pulso estaba frenético. Temió volver a caer en esa pesadi

se dirigió a su ventana a inspeccionar s

emente por la mañana, y nadie parecía ser buena opc

no contaba con el coraje de

ello, la idea decayó cuando se percató qu

r lo que fue un gran argumento para su madre a la hora de sacarlo a rastras de su casa. No se opuso, c

chero y una cajetilla de cigarro para pasar el mal sabor de boca que la perseguía desde temprano, pero la curiosidad del p

una excusa válida para dárselas a sus amigos

*

ías -alegó Sonya a su madre, a la espera de

o tiempo en que servía el lonche para el padre. Sin emitir palabra alguna le

mismas obligaciones y en el orden jer

eña sonrisa se des

stas, otra persona estarí

a esa fría habitació

cados comet

asiones perdí

bueno como tan perverso, en

personas, sin embargo entre las cuatro paredes de su hab

perturb

o rodeaban

la muchacha cruzar su puerta. No ocul

la peniten

staba más que acostumbrada. Y como todas

y como ya sabes -ronroneó sin culpa-, deb

bajó su cabe

ndo el recipiente que cargaba sobre la mesita de noch

mortiguado

a gritos -terminó po

católica del pueblo, aunque prácticamente él la vio nacer y crecer, fue tambi

o era cata

*

ya, la señora transmitía tranquilidad e inspiraba una completa confianza,

llaba lo que

pacto de amistad ir

debía su ca

tenido problemas familiares en su hogar, S

personal, pensó detenidamente en las

lla solía ser muy pacíf

perra hij

s

eyó haberse deshecho de la escoria que jodía

en una sonrisa p

lito -

los, pues ella temblaba. Pelear con semejante ho

ntímetros encaró a Camillo,

a tu madre, retír

an alto, apenas se diferenciaban de un par de pulg

se formó en su rostro, aunque segundos d

cómo pudo ha

nunca muer

asta velamos un conjunto de tu r

a mat

a a Sonya, pero no fue impedimento para

ras. Celestino está en cam

ron, su altivez decayó y poco a

o más parecido al diablo

y retrocedió un par

aseguró, y d

a amenaza de respuesta.

u amiga con sutileza, temía encontrar

curiosidad

ndose en su propia sang

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