NEÚGIER
NDA
un segundo se molestó porque no fuera cierto. Ella lo quería ver muerto, lo ansiaba. Pero hubo algo más que la perturbó al ama
eaba su cintura, se aseme
e ella al posar sus dedos por encima. Sus vellos se
ía creer que tenía que ver con la marca, pero n
rá luego, d
pensamiento, hizo sus quehacere
dijeron al llegar al hospital, donde coincidentemente un
llegar -respondió a las mismas preguntas de la noche anter
uentas? -preguntó un agente, logrando qu
oz firme. Sus ojos inyectados de una
búsqueda a ninguna institución. ¿Cómo estuvo tan segura de que estaba muerto sin registro del cadáver? -prosiguió argumenta
esencajó, no estaba preparada pa
Tiene denuncias de las cuales debe estar
de cabeza por parte de
familiar de la
gó
los demás resid
ue la impulsó a ir por
e impac
mación tienen? No volveré a repetir el cuestionamiento, no soy su loro. ¿O es que soy
rmitido a poner en cuerd
ada. Una última pregunta y s
sin ganas, ya hasta le r
a habrán más. Co
icación hoy con e
gó al terminar de es
le apareciera en frente, sino
e ni se le ocurra
horas de la tarde, al parecer lo asesin
*
er
profundo en
ya tenido largos m
onya al salir del hospital. Le había resultado un
Tranquilidad infini
estejo es lo
o patético que dio con
entro de su manto sagrado, que su alma sea
idio
abras de misericordia, no nece
ca con Celestino-. Ese policía me las va a pagar, se la quiere dar de investigador pr
ó su furia contenida al uniformado
o mi queridísima, a
lo haré sin ti, s
puedo obligar a que cumplan cie
biera hec
para Celestino no existía, solo c
rma fenomenal al no cumplirle el capricho en su última vi
n, pero lo quiero
ede quitar. El amor de Sonya hacia él rozaba lo enfermizo y vic
o desaparecido, si está vivo e
esolado, que por más que buscase amortiguar el sonido no lo conseguía. Esa fue la gota que derramó el vaso para Sonya, K
pap
o suf
ecía m
eñó a maneja
etuerza d
llevó a l
clame
exactitud su fech
dón por todos
una muestra de
ale un beso que
la única que mantenía su hogar, si bien era cierto que los gastos no eran muchos para ella y su hija, de igual manera un peso extra se coló en su espalda. No tenía profesión, por lo cual tampoco un trabajo estable; cocinaba en la igl
a vida era su hija, daba lo que fuese para que ell
ambas no se con
*
arse por ser tan entrometido. Se divirtió como niña en un parque de diversiones. Todo
sus manos la placa de ese agente c
oqu