Tras la Pista del Ángel
ba en el aire luego d
hubiese pasado, pero se podía notar, en los murmullos y las miradas
on como todos salían, camino al comedor donde se llevaría la tan ansiada celebración. El director, los cuatro G
or? -preguntó Ca
contestó, sin ocultar sus ánimos decaídos. Caminó ha
n rato -prome
do procesar lo que había visto en el video. Era él, de eso no le cabía la menor duda, pero aun así no lo reconocí
o antes a arreglar el problema. En cuanto percibieron su presencia ellos callaron y cruzaron frente ella para entrar al auditorio, el último de ellos se detuvo un mome
llí les demostró que su lealtad estaba con la organización y
llena de aperitivos y dulces, cosa que ella agradec
varios minutos-, hackeó la red de la CIC y él
o inteligente -señaló Evelyn
s? -indagó él, e
e Raziel de verdad podía ser un criminal, me parecía algo inaudito, por favor, crecí con él y no había nadie más entregado a la seguridad
a que expresó en la transmisión? Que se sentí
se sentido así m
ltad estaba flaqueando, y decírtelo a ti, que eres hija de un Ge
entos del pelinegro, sin embargo, por más que lo intentaba no encontró en sus memorias algún signo de incomodidad de su parte. Raziel siempre pareció feliz co
excusa para evitar responder. El General Hyle salió y sonrió a media
ía aquí -mencionó y cer
-respondió ella-. ¿Tienen a
on un círculo rojo marcado en él-. Los informáticos lograron rastrear la señal, les dio un rango de cinco kilómetros a la redonda en el centro, intentaron reducirlo pero tardaba mucho y decidieron detenerse en cua
tó hacia una casa, casi
ue me lo confirmaras. -El Ge
a a buscarlo? -
la única opción qu
articipar -e
no
ías en mí? -cue
decirte si puedes o no, ve al comedor o a dónde sea, yo te buscaré más tarde. -El Ge
tener ánimos para celebrar, los cuales bajaron aún más cuando entró y todas las miradas se pos
reer -murmuró
una de las mesas más alejadas. La dejó allí un momen
ro y sus lentes le ayudaron aún más a ocultar que los espiaba. Pudo captar las miradas de varios e incluso leer sus labios para entender que no hacían más pensar qu
l piso o hablando entre ellos, al tiempo en que se aseguraban que nadie los escuchara, no obstante, para un camaleón el sonido era solo una
de tene
sta el cansancio la l
nca nos die
león. -La voz de Cameron la sa
eo, Raziel logró su cometido -confesó en voz baja y
ices e
ero sí logró obtener la atención de varios y eso es más que suficiente p
convincente -a
extraño -me
qué lo
graduación tuvo que decirlo el segundo mejor, porque Raziel se negó a hacerlo -expuso Evelyn-. Es inusual que ha
ue tal vez Raziel no está
mucho que en dos años haya aprendido d