Adicción A Tus Besos
das con las lágrimas de Flora Meng. Con lágrimas roda
imal encerrado en una jaula, esperando ser sacrificado. Miró
culas. Chris Su ignoró su súplica de ayuda y acarició su suave piel, su aliento caliente rozó su
aba su cuello. Sintió como si su piel estuviera
No
desesperada y furio
urante cuatro años durante sus años universitarios. Nunca habían tenido relaciones sexuales durante estos a
mientras suplicaba: "No hagas esto, por favor. Ere
ió acariciando su piel, lo que hacía que cada vello de su cuerpo se erizara.
rugió, usando la última pizca de fuerza que le qu
Se inclinó para be
dura se estaba desmoronando debido a la droga. Cerró los ojos con
errible destino, escuchó un fuerte golpe. C
r a un hombre maldecir. El hombre la sostenía, pero no la sostenía bien, por lo que su cuerpo se balanceó. Tenía una sensa
brisa fresca cuando el hombre
ntras se tocaba la nuca. Sintió que un líquido tib
igía al baño, se detuvo un segundo cuando la escuc
rte posterior de su cabeza. Si ella no hubiera envuelto sus brazos alrededor de él,
do por el suelo. La droga le había hecho sentir tan caliente que no podía soportar estar envuelta en la manta. Sin embargo,
a ella y le arrebató la manta de las manos. Luego la envolvió con él y la levantó.
él con fuerza, como una enredadera. Todavía estaba aturdido cuando sintió
, pero de alguna manera su toque le prendió
a tocado nunca de la
luso podía oír los botones caer al suelo. Si James Qin y Allen Qi hubieran estado aquí, se habrían burlado de él. Ivan Gu casi po
que una mujer cont
con ella para poder ver sus huellas dactilares en su suave piel.
más. Ella cubrió su boca, haciéndolo jadear. Quería apart
o. Ivan la soltó por un segundo, pero luego se dio cuenta de que ella abría los ojos y le
abía apretado su agarre alrededor
ado en la habitación de Chris Su, y ahora su pecho estaba cas
o, de todos modos, así que no le im
espalda mientras se hund
su cuerpo, tal como ella lo quería. Ella lo succionó, poco
ntando gradualmente su piel hasta que sintió calor. La droga estaba em
tes de que él volviera a ponerse la camisa, ella notó una marca distintiva en su e
luir hacia ella. El pánico en su mente se condensó en ra