De amor y tormento
prendida ¿Estaba h
rzar
odas las chicas nuevas? -Curioseó Emi
itió él mirando
e fue muy insistente en salir con él y, a decir verdad, hubiese
ú eres difere
tra vez. Se veÃa tierna. Ese sentimiento con el que se sentÃa tan poco f
o saber ella con la evidente curiosidad femen
abÃa, pero querÃa
sar una respuesta
e estaban terminando, adoptó una expre
a mÃ, en la misma planta y quiero que sepas cómo funcionan las cosas aquÃ...
balbucear sin mirarla a la cara- firmé un contrato en d
lmas de las manos en alto-. ¿Te molesta
o castaño claro, unos labios gruesos y ojos azul claro, parecÃa una persona cálida, una persona que hacÃa que se sintiera bien, s
on su caracterÃstica voz suave-. N
Ã. Espérame en la entrada e iremos hasta allà andando, no qu
var el vestido que llevaba puesto. Uno de
sus ojos. Si él mismo se hubiera visto a un espejo jamás habrÃa creÃdo que su rostro
si lo haces, pasaré a buscarte hasta que digas que sÃ. P
no lo
n la menor duda; cuando Axel Car
r y entró en la suya propia, Patrice lo miró des
Carmichael? La bolsa está cada vez peor y no quieren el
a mordiendo un lápiz, como siempre, enviando mensa
cionado lo más importante de la semana y el que no esté no afectará a nadi
ueó una cej
dÃas en las Fuerzas -le recordó su secretaria repasand
pidiendo. Asà que cuando te pregunte si dejé algún mensaje di
total desconcierto, pero antes de q
e y limÃtate a hacer tu tr
correspondÃan a una reunión que iba a tener lugar en Miami. Al ver que todo estaba en
gotitas de perfume. Eran las once cincuenta y dos y ya
uando se subió al ascensor se vio en el espejo. Sobre el vestido tenÃa un torerito blanco de mangas muy cortas y se fijo en sus pies ad
ura de porque ella misma habÃa bajado. Todos con los que se habÃa topado en los últimos dÃas decÃan
ro a nadie parecÃa caerl
brazo y ambos pasaron por su lado sin reparar en ella. ¡Qué tonta al pensar que él se iba a acordar de ese supuesto almuerzo! Negó con la cabez
salida y tomó rumbo hasta el italiano en donde habÃa almorzado los últimos dos dÃas. Mientras pens
etrás de ella salió de la nada y la asustó. Entonces volteó y Axel es
todo lo que pudo por separarse de Patrice, pero luego entendió que la secretaria estaba marcando el territorio ante una posible rival. En cuanto pudo de
ue... -dijo ante l
-se encogió de hombros-. Es como una lapa... es
Carmichael... -dijo Emily a
dos lados. Esperaba no volver a ver a Patrice, sino todo s
go... al parecer está muy interesado en el paisaje urbano
e puso
por sus ojos, los cuales, tenÃan tristeza, como si esperar
ferior. Es
lo que
orque le iba a armar un escándalo y era capaz
varla a otro lugar y quitar d
estaba con ella se sen
ntÃa
como el
aliano de allá -dijo Emily con los brazos cruzados-. Es un buen lugar y tiene
u mano con delicadeza- Vamos a cambiar la
nada para alejarlo, su pequeña mano se hundÃa en la más grande, unas manos manchadas de sangre... él sabÃa que esas bonitas manos no debÃ
aron en una mesa alejada de las ven
o a los comensales que concentrados en lo suyo no habÃ
llÃ, además de ser el conejillo de Indias de sus nuevos platos -se encogió de homb
rial? -pregunt
una cosa, pero en realidad es otra. Recu
r su sonrisa. Ahora sa
planta real, de flores de color azul y muy dulces, la "
l dedo Ãndice por la base del pie de una copa que es
arlo a los ojos. Como lo harÃ
reguntó el con
ndida en la mesa de luz y siempr
pidieron su comida. Él unos spaguetti con b
chocolate -confesó bebiendo
preguntó ell
ron»- ¿Escuchaste decir que el chocolate produce endorfinas que, se supone, te deben hacer sentir
e hay más que sólo una opción ¿No sabÃas eso? Co
ogió de hombros restándole importancia-. Seguirán as
ó ella, como recordando algo-. Los demás no cam
liberándose de algunos pesos del pasado. Aunque el dolor era igual de
mbiente- Por eso me agrada este sencillo lugar. Limpio
la boca con una servilleta-. Tiene un buen gusto, Emily Walker
vó su copa que chocó con la de él
resar a sus actividades laborales correspondientes. Cuando Axel dejó a Emi
Me gustarÃa que hiciéramos esto por lo menos tre
o? -preguntó ella-. ¿No
rido hoy. Me siento normal -se encogió d
que ella también se sintió como ha
los lunes, miércoles y viernes con usted
ser muy agradable terminar la semana en su compañÃa -El aparcaco
ilencio y que él no se fuera tan rápido. Necesi
. Abrió la puerta y se montó dejando a una Em
Martina, Emily cerró la puerta del departamento y después de dejar la torerita y el bo
ti te tocaba comprar azúcar... hay otras cosas más q
o tocó el espacio del sofá a su lado y ella no tuvo más remedio que acercarse para l
e-. Cuenta... ¿Por qué esa sonrisa en esa cara tan
y habla bien contigo sin intentar impresionarte, sólo
-dijo frunciendo el ceño-. Cuenta
ez no es ningún libro, prima. Es un hombre
ina delató una
mordiéndose la uñ
segunda vez que lo
on las manos en la boca
activo,
ero
smo tiempo tan calientes. Sus manos... sus manos eran suaves y protectoras. ParecÃa muy solo al otro lado de la
sentido él la electricidad que sintió ella cuando se tomaron de
tina... no sé, hay
alto. HabÃa señales muy claras de que su
vez que ayudaste a un problemático -le recordó s
l -afirmó Emily,
puede ser
verdadera personalidad hasta que se dese
blorosa y a punto de llorar-, no tienes porque
jo y volvió a su
ento p
paz, además ni siquiera salimos, solo vamos a ir a a
re algo contigo? -
roblema? No siempre se iba a tener que oc
lir, conocer g
posible hacerlo y ella ya estaba ha
omer algo? Estoy hambrienta -sonrió dejando el tema de la
el paso de los meses desde su agresión y Martina se sentÃa feliz por sus progresos, pero ahora era cuando realmente se asustaba porque
azo? -preguntó Martina sentándose
ije... -le
-preguntó mordi
mientras engullÃa con u
do sacar informa
carajada alejánd
guerras de cosquillas funcionaban cuando Emily tenÃa diez años,
a a funcionar
a que te hagas pis... -dijo la
ionar... -le advirtió
la semana que viene y estaré fuera ¿Podrás
. Pan comido -dijo c
ma? -preguntó Martina anotando un númer
a pregunta y siempre podÃa con todo. En el último tiemp
-dijo sin embargo para que Martina no se fuera intranquila-. Pero
ero no lo olvides... jamás voy a
asÃ, prima. Eres la m
sin importancia hasta que se h
só en Axel Carmichael hasta