Te Quiero, Sin Inicio Ni Fin
uertas que yacían abiertas en la s
sa decoración que emanaba paz y tranquilidad para los inquilinos del hotel. En medio de la habitación se encontraba una enorme cama y en ella una p
as que enmarcaban sus ojos. Su nariz recta y respingada y sus labios finos le daban un fascinante contraste a su masculinidad. Su prominente nuez de Adán se movía de vez en cuando
er bastante hermosa. Ella podría medir un poco más de un metro setenta centímetros de altura. Sus largas y estilizadas piernas estaban entrelazadas con las fuertes piernas del hombre. Su delgada cintura prov
nterior había estado ya justificada, pues había estado de mal humor. El día anterior, su padre le había pedido que regresara a casa para cenar, pero Aden no esperaba que este le obligara a romper con Gianna Cullen. Jamás podría romper con una mujer como ella. Gianna era sin duda alguna su verdader
había nada que lo hiciera cambiar de parecer en cuanto a sus objetivos. Ad
ara acercarla hacia él aún más. Al ver que la mujer se acurrucó en sus brazos, el hombre sonrió. Solo su amada podía contentarlo cuando él estaba
uella mujer no era su amada. En ese instante, recordó que la noche anterior, esa mujer había estado muy callada y tímida. Entonces
fuerte desper
manos. A ella también le dolía la cabeza, por lo que frunció el ceño y se frotó las sienes. A su vez, le
ar a dónde estaba. Pero, antes de que pudiera reaccionar
sexy. Él era muy guapo y su voz era profunda y muy atractiva, sin
o posible por recordar lo que había sucedido la noche anterior. ¿Por qu
vertirás en mi mujer?". Aden estaba tan enojado que
eso que ni siquiera estaba maquillada. Pero, el joven había visto ya innumerables be
r lo que comenzó a luchar con fuerza y trató de obligar al hombre a que la soltara
a puesto pálida y de que poco a poco dejaba de lu
lo y jadeó por aire; comenzó a toser y sus lág
amenazador y sus ojos le brillaron con un dejo de disgusto. "Si vuelves a se
nterés. Las mujeres arribistas definitivamente no le interesaban. Sabía muy bien que su apariencia y su poder atraían a ese tipo de mujeres, como si se tratara de un imá
liento y la sensación de la muerte desaparec
snudo. En ese momento se dio cuenta de por qué le dolía el cuerpo, pues resultaba ser la primera vez que tenía sexo con
jamás lo perdonaría. "Bastardo, no creas que te saldrás con la tuya. ¿Crees que lo que has hecho... se quedará así? ¡Me violaste! ¿Entiendes? Además, ¡yo no fui quien planeó ac
n la mesita de noche. Rápidamente, lo tomó y marcó el número de policía,
pués la miró y se dio cuenta de que estaba asustada pero también muy eno
ía de la
nte a los oídos de Janiya, por lo que comenzó a gritar: "¡Auxilio señ
ón. Ahora, Janiya no estaba segura de cuánto había escuchado el oficial de policía.
enojada, y le dijo de manera tajante: "¿Qué no planeas
uno al otro, ella se percató de repente de que el hombre que estaba frente a ella
ostrado una foto de él? "¿Qué no eres Aden M
recía una estatua. Trataba de averiguar si ella estaba actuando o si
que denotaba que el lugar era bastante caro. La ropa que se hallaba esparcida en el suelo había sido co
neral del Grupo Glory, ¿puedes decirme qué diablos
que hacía ahí. Al notar la expresión de Aden ante la situación, ella se dio cuenta de que quizá él ta
ctuación en su rostro. No observaba nada más que sus ojos llorosos que reflejaban incomodidad y con
tás aquí, entonces, ¿qu
gusto. Cada prenda tenía etiquetas costosas. Definitivamente era una persona adinerada. Como él pertenecía a la clase privilegia
rar tanto el dolor como la tristeza que sentía a causa de la pérdida de su virginidad. Se estaba obli
ra una buena idea el reunirse en un restaurante que estaba ubicado en el primer piso del club Pasión. Se lo habían estado pasando muy bien, pero, de repente, comenzó a sentirse un poco mareada. Recordaba que Jay
esaba cada vez más. Tan pronto como encontró el número