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Corazón gitano

Capítulo 3 3

Palabras:2249    |    Actualizado en: 27/03/2022

Spiro entró a la carpa con pas

le preguntó Vadim al

? ¿Por qué estás solo

esitaba hablar con mi prometi

onservar su virtud? ―e

sto por la actitud de su amigo―. Además, me extraña, somos amigos, sabes que

s eso, ¿

ué? ¿Es

ka necesitaba hablar, no había ido con él y no con Va-dim? ¿

decir la verdad ―habló, con

amos con la verdad por delante y por eso podemos

delante ―admitió Spiro―. Estoy enamorado de Din

pa-sar, lo que no esperaba era la actitud déspota

, pero yo la amo y no voy a

utarla, tú ganas y te la llevas. Tod

voy a dispu

guste o no. Debemos disputarla y tú debes pedir disculpas por robárme

era sentado a q

vas a

ía y siemp

o, te pregunté qué

to mío,

menos dame un voto de confianza, demu

iero ser

ealidad, eso era un peso menos a su rol de rey, pues él no estaba enamorado de Din-ka, la

e, el modo en el que trató a su enamorada. Si así era en ese momento, cuan-do todavía ni siqui

o y con justa razón. Caminaron hacia las rocas y se senta

hí? ―la interr

n él, le iba a c

regunt

cirle, ¡él lo sabe! Y si él lo sa-be, puede que lo sepan todos. Hasta Melalo hi

é di

tras de afecto entre tú

no ser por él, no me hubiese enterad

iro

mos esta

Qu

guir entre esta

odamos vivir nuestro amor aquí, no significa que sean ma-la

yo te habría conquistado par

spiró co

stás arrepintiend

ampoco es una d

es padres, yo tampoco, así que

muchas tribus de gitanos a lo largo de Chile y algunos países de Su-damérica, pero todos en carpas y,

con el doctor Valencia y él los iba a ayudar a establecerse en la ciudad co

la medianoche, cuando ya todos durmieran, se iban. Dinka aceptó, su amor por ese gitano sobrepasaba todas las

afuera, fuman-do y pensando. Por fin se

cercó a su

rmano? ―le pre

ad

dim, me dijo

upe que habías ha

ue iba a habl

no dio resultado. Ella me

que no estás dis-puesto a disputa

tener que disculpar

campamento antes que hacer lo correcto? ―l

a ese nuevo rey de nuestro pueblo. Y no me voy a disculpar.

Tú fuiste en contra de la

de leyes y a mí

ces te

vam

irse a Din

ajelam

a hacer? ¿De qué van a vivir? Tú sabes

qué saber que

y gitana para vivir

nte, siempre lo han di-cho, pero cuando se tiene que poner en práctica, las cosas no func

arrepentir

am

do te

a no

s la última vez

í e

que se-ría inútil cualquier intento más de pers

lborotado a causa de la mala nueva: Spi

correcto y quedarse cuando más lo necesitaba. Pronto se cumpliría un año de la muerte de su padre y de los inte

―le preguntó M

to, aunque, si lo pien-so mejor, a

te, él siempre añoró l

s que Dinka no

sí, en cierto modo, sí quiso irse, no

n el que Spiro la sacó de su tienda a rastras. Esper

lalo tras acercarse―. ¿Qué se sient

medio del campa-mento, donde había

ba a casarme, era para hacer la voluntad de mis padres. Spiro no quiso disputarla, le o

spero que sean muy felices y que algún día, cuando maduren, cuando se den cuenta de que allá afuera no hay nada, vuelvan con nos

se pudo, quizá, en algún futuro, pueda suceder, estoy seguro de que

se fue con tu amigo, ¿cómo podrían uni

aminos de Dios son mis-terioso

ue en futuro eso pueda suceder? ¡Esas son

ta ver lo que le ocurrirá a nues-tro pueblo, las cosas destinadas a pasar, pasarán, n

n la chara de nuestr

sí, la voluntad del de arriba siempre se cumple, Melalo, y nada qued

payos, con nosotros no resultan esas cuest

o son las cosas y todo sale a la l

centro para que pudieran vivir por un mes hasta que él recibiera su sueldo y pudieran

iquiera sé cómo se hace aseo en

a chara, mi amor,

nada. Tenemos alfombras que ni siquiera aspiramos, las b

jo que iba a ser fácil

sculpas y disputar por mí, sabía

nos mal nacidos, te va a ir muy mal. ―La amenazó c

se as

r de compras para sacar-nos estas mugres de ropa y comprarnos algo decente, ya no v

nas también usa

lema, pero tu ropa de gitana la quemaré esta misma noche y nunca más

a demasiado conmocionada

La zarandeó s

S

ablaremos de ellos y, si los ves en la calle, les harás el quite, no volv

á bi

de su mujer, sin soltarlo del

lo único important

o a la chica, fue un b

de ahora en adelante, n

ivocado, él la había conquistado con comprensión, con dulzura y ese gitano que tenía en-frente era todo lo contrario. Tal vez, su corazó

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