El Secreto Entre Los Dos
rás: La P
za
momentos, sobre todo cuando estoy acostumbrado a no tomar a ninguna mujer enserio. No entiendo que fue lo que ella me hizo, la vi anoche y supe de inmediato que era la mujer por la cual había estado esperando toda mi vida, «¿es nor
e sabe que en el equilibrio está el buen gusto. Su largo cabello esta peinado en ondas convirtiéndose en víctima del movimiento que hacen sus largas piernas mie
darla a subir a la acera -buenas noches. - digo y clavo mi mirada en sus ojos
nta la cual no es extremadamente formal, pantalón negro, americana ha
bro la puerta del lado del pasajero de
para luego dar la vuelta y subirme del lado del conductor. -¿puedo
e te secuestre? - br
quiero asegurarme de que no me lleves a ningún siti
que tu padre sea dueño de este lugar. - e
s mi padre y de que e
certe solo a ti, y para que te quedes más tranquila, yo soy el dueño del lugar donde te llevare. - infor
ensaba en algo? -
ones, o estás pensando en algo, o te
hico malo, pero... te escucho
instante y la miro -¿y que parezco? -
explica. La miro una vez más y no puedo creer que finalmente una mujer sepa tan bien quien soy con tan solo mirarme y cr
o a mirarla -se mi novia. - digo sin dudarlo y
oco? - me pregunta sin
que te vi supe que eras la mujer de m
ira a su alrededor -detén el auto. - me pi
e puede sonar como si e
ontra de todo pronóstico, ella no abre la puerta y sale huyendo, simplemente desabrocha su cinturón de seguridad y me mira fijamente
e su cuello y su precioso rostro, jamás había sentido esta urgencia por sentir los labios de una mujer y tal como lo exige mi ser completo, entro en contacto con sus labios. Ella corresponde a mi beso de la manera más urgente del planeta, es como si hubiéramos esperado to
? - me pregunta agitada
luna, rosas y todas esas cosas que les gusta a ustedes l
e las mujeres...- me dice
cuestiono y aca
as palabras que le dije a
ara una mujer única
me sentir la mujer de tu vida tal y como dice
a? - cu
uy
o regreses a tu casa
r eso. - responde y
n el asiento para abrocharme el cinturón de seg