Tierra De Leyendas - El Mal Nunca Muere
re sus propios vómitos, tirados en el suelo unos encima de otros, la fiesta sin duda alguna había sido salvaje y había durado hasta el amanecer, sin embargo los reyes se h
de mirarla. Kyra habría preferido salir de allí e ir al patio de entrenamiento para ver pelear a Neil, pero entendió que eso sería una gran descortesía que su padre no le perdonaría, así que hiso
e parecía un mar verde, inmenso. El viento sacudía el pasto crecido y hacia que el espectáculo fuera hermoso. El día era el propicio para cabalgar, en lo alto del cielo brillaba el sol, pero del este bajaban unos fuertes y refrescantes vientos. Al frente de la comitiva iban los guardias reales de los dos rey
emne y serio. –La resistencia de los Kalijary ha crecido y se ha fortalecido, cada día que pasa están atacando más
e debemos preocuparnos también por el norte?-. Cue
a para mirar las maravillas de aquel lugar, luego miró a Teófilo y notó que el rey de Britania estaba impaciente, así que siguió –durante todo este tiempo Cadelia no fue motivo de preocupación puesto que el rey Dionici
ción?, cadelia es un país muy chico y siempre ha si
quilidad pero también de superioridad –hay cosas qu
había gustado aq
la atención de Teófilo. –Mis espías en el norte me dicen que los deseos de guerra de la puta, siempre fueron desechados por Dionisio, al viejo no le interesaba para nada entrar
ría entrar en guerra contra nos
es problemas. Recuerda que los hombres leales a nosotros no nos sobran, además eso lo aprovecharía los medioelf
ndo en silencio, por un momento las palabras que su difunto padre
ar con usted, su majestad. Pero no aquí, no en su país. Es por eso que quiero que me acompañe e
cio dijo -¿es necesario ir con usted? Nunca he dejado mi trono vacío, hay asunt
ienes hasta mañana en la mañana, entonces tendrás que darme una
endió de esta manera y
s cuando los reyes regresaron de su cabalgata por los valles. Al vo