Alas del destino
rápido a la entrada de la Universidad, donde ya
Gabriel es blanco, con ojos de color miel, cabello castaño claro y alto. En comparación de ellos, cuando estoy a su l
sorprendidos a la vez. Gabriel que se me quedo mirando hizo una mueca y se aproximó conmigo para tomarme de la mano haciéndome levantar y me giró
os contestó, - es cierto mañana nos toca al equipo mío y de Gabriel. Pero en serio amiga te vez bien, debería venir así más seguido.
cuando se escuchaban chiflidos, uno que otro piropo y como siempre esos vulgares con sus palabras peladas, pero en ese instante Gabriel se encargaba de ellos nomas les echaba una mirada que si fuera una pistola ya los hubiera matado con ella, se quedaban callados y
pente choque con un muchacho que para no caerme me tomó de los hombros me estabilizó se disculp
zco. - En serio Meredit no sabes nada sobre él. Es el nuevo contador de la Universidad. -No te parece que es demasiado joven, yo pensé que era otro estudiante. -Nadie sabe la edad de él, por que no es muy sociable, nomas entra y se va luego luego. Siempre está muy apurado, y no te preocupes en que te haya mirado, no eres a la única que le llamo la atención
mos los ojos en blanco y le quitamos sus brazos alrededor de nosotras para voltear a verlo. Raquel que era más confiada hacia con él, le enrollo los brazos alrededor de su cuello y lo miro a los ojos diciéndole. - No será que estas celoso por que te quitó tu lugar de un
de mis mismos compañeros. Y por fin llegó el día más esperado por mi, quitarme toda esta ropa, me fui directamente al baño para darme cuenta que nomas me había traído unos jeans, se me olvido por completo mi
d ya me sentía muy incómoda y más porque no me gusta usar falda o tener el cabello amarrado. -Ok, ok chicas
ran volado los papeles y ahora tienes que comenzar de nuevo. -Lo sé. Pero quería tomar un poco de aire fresco. No soy de las personas que me gustan estar encerradas, prefiero estar bajo un árbol en el aire libre. Y como ya se habían terminado las clases aproveché esta tranquilidad un momento. -¡vaya! te comprendo es mejor estar tranquilo sin tanta gente. Bueno te dejo, tienes mucho trabajo. Cuando me di la media vuelta para irme. Me tomo del brazo. -¡Espera! Me voltie hacia con él, me soltó del brazo un poco sonrojado, guardo sus papeles en el portafolio que llevaba. Y me miró. -¿Eres tu la chica que chocó conmigo esta mañana?. Me quedé mirando perpleja y con una sonrisa burlona le comenté.-No me digas que te dolió. Pero tú fuiste el que chocó conmigo. Llevabas mucha prisa y ni siquiera te detuviste. Se rascó la cabeza con un poco de nervios.-Lo siento. Si llevaba mucha prisa en la mañana, tenía algo urgente que hacer. Y pues ahorita me estoy disculpándome contigo. -No te preocupes estaba bromeando, ni siquiera me dolió. Y me estaba riendo de él viendo que se ponía un poco rojo. -¿Gustas sentarte un rato? -Si. Gracias. Por cierto me han comentado que
voz apenas audible. -Si en serio, para que no te hagas muchos ánimos de verme otra vez así. -mmm. Pues la verdad te vez muy guapa así. No me miro cuando me dijo eso, solamente miraba al frente a la nada.- Bueno señorita, que le parece si le invito un helado, me comentaron que están muy deliciosos en la peletería del frente. -¡AY NO!. Exclame y el se sobresaltó. -¿qué p
no inventes tenemos mucho rato esperándote. -ay Gabriel no seas enojon con
Leandro se puso de pie y quiso rechazarlo pero Raquel no lo permitió diciendo que era mi sabor preferido y así estábamos los cuatro comiendo helado. Lo tomo y le agradeció. -Muchas gracias s
lado. Aunque Gabriel no quería regresarse por otro helado cuando veníamos entrando. En eso Gabriel la fulminó con la mirada. -Si claro. Nomas íbamos a invitarle el helado a Mederit, no a ese tipo. Pero no....en cuanto entramos Raquel vio que estabas platicando con ese, y se regresó por otro helado, pero ese no es el colmo, lo peor es que tardo en esc
lado y cada uno s
escuela. Atte: Delia." Entonces como no había nadie en la casa me dispuse hacer el aseo de toda la casa y a preparar la cena. Encendi el esterio a todo lo que daba y me puse manos a la
seguida me alcanzó. -Oye Mederit. ¿mis papás aún no han llegado? -No, aún no han llegado. De echo hice todo el aseo de la casa hasta la cena. -Gracias, se ve muy rico. -Bueno deja ir a darme una ducha antes
elia llegó muy seria con los ojos un poco rojos. Al darme c