El camino de la mafia
metal oxidado, la sangre y la sal del mar no son una buena com
sintiendo cada vez más claustrofó
tampoco. Acabo de escuchar perfectamente co
pregunto al hombre amarrado en una silla, ni siquiera sé su nombre. So
ada, en ver
hablar ¿Qué hacemos con él? –me
. Después de esto no va a querer seguir cerca de la fami
un negocio como este era una buena idea. Si pudiese
ropinaran a alguien una paliza, pero cuando a una le rompen en corazón en mil
imientos sucios de mi familia, pero fui muy débil, flaqueé y ahora estoy aqu
años
que me guste trabajar desmedidamente. Todos los días llego
go la vista tan entretenida con Jason, podría pasar horas mir
Siempre nos están felicitando por el buen trabajo que hacemos en equipo, no tienen ni la menor idea d
óvil. Lo extraño es que en mi pantalla sale el nombre de "Casa". Si me
¿
a Mancini
anto tiempo, pero supongo que si me estás llamando es porque algo ha pasado ¿Me e
pero sí, tiene razón, otro tema de más i
Qué
salud y los médicos han recomendado que esté con
l intocable señor Mancini, es imposible que esté
qué le
nes pertinentes, pero creo que es mejor hacerl
salgo para allá –en estos momentos la idea de haber
a hora a la que va a estar lista, le
erte la idea de separar mi camino del de mi familia que
e estaré lis
esperé respuesta alguna de su parte y salí corriendo al departamento para preparar
cáncer y que estaba ya en etapa terminal. No pudieron hacer mucho porque mi padre ignoró los síntomas y do
Por más que no estuviera de acuerdo con la forma que había bu
con la familia había sido excepcional. Enterarme de esta no
rdido el color natural, ahora era de un blanco fantasma. Casi no se po
eña, al fi
contaste en cuanto supi
seguir preocuparte y ya no había
poco más y veo a mi hermano y mi primo conversando algo sobre una movida en los muelles, algo sobr
enga que ver con sus negocios sucios. Los saludé, hacía mucho tiempo que no los veí
con mi hermano porque mi primo y yo nunca tu
un absorbente en el vaso y se lo acerqué para que pudiese beber.
amilia, fuerte como un roble. Nunca lo escuché quejándose de algún dolor, ni s
o encajaba para nada en mis recuerdos,
nto de ti, de la mujer en la que te has convertido. Teniendo todas las comodidades y el dinero aq
fuerte para eso, así que todo
te, tengo una última cosa que pedirte,