Dr. Storm
HabÃa tenido crÃas y necesitaba vitaminas. El dueño de la tienda quien de paso era un romántico empedernido los vio y decidió p
respiración, lamentablemente era muy nueva en el arte del coqueteo. Gracias a
a uno de nuestros méd
gusto, mucho
¿Vives en el ra
on mi
erte Abi. Debo marcharme, mi
u ga
r lo que necesites y mientras te acompañ
ie
a para algunas de las yeguas y luego le regaló una inme
... muy
veÃa con muchÃsima curiosidad, hubiese imagina
ntro quién les quiera tendré que
o dejar
o, si quieres pode
nozco tan
remedio, ve
que parecieron horas. Incluso una mujer de casi cincuenta años que habÃa trabajado de niñera a Alex cuando niño, le prometió most
ata doctor. QuerÃa usted avergonzarme y esa a
tutéame, insisto. Me hac
uerdo,
vencida de que pu
al rancho para que mi
mirada furiosa que le lanzaban a Abi desde lejos. Viajaron por diez minuto
ves s
er interesada. Alex le lanzó una mirada llena d
a para ayudarme con la casa. Te llevaré al coberti
era absurdo. Pero ella no querÃa ninguna relación Ãntima... ¿verdad? De todo l
nos meses, estaba herida y hamb
es decir, no much
itos ya se alimentan solos, pu
rÃas con muchÃsima seriedad. Alex estaba
stan es
azules era adorable, la otra er
transportarlos, tomaremos un café y té l
tuve mascotas pues mi
spero que en una semana n
o n
cido dejar eso de lado. En algún momento tendrÃa que comenzar a tene
a las gatitas con su mad
ichardson
y amable y
alizando con algo más
otras personas. En tan solo una semana me he dado cuenta de q
a no hubiese sido
lo importante es q
scansar, no quie