Enséñame el placer
a Da
se veía realmente hermosa con su vestido color blanc
e tienes?-quise s
todos. Me quedé en silencio un momento, sabía perfectamente que está situación era complicada, pero internamente estaba de acuerdo con ell
ndí-. Mis intenciones contigo son serías Amelia, te he deseado toda mí vida y lo
zó al escuchar
-me respondió tímidamente
do, vamos a la habitación, estoy listo para hacerte mía por completo-come
cesidad de poseerla. Tomé su mano para llevarla a la habitación, sentí sus manos su
a mía sin obstáculos. Luego me miró con sus hermosos ojos en silencio, por mí parte, mi respiración era agitada, mis fosas na
dad, nerviosismo y curiosidad. Simplemente me acerqué
segundos me
estar. Comencé a quitarme la ropa hasta quedar desnudo por completo. Luego subí a la cama, separé sus piernas y enterré mí rostro en su dulce coño, solo para oler sus jugos a través de sus bragas y de paso colocar mi nariz contra su clítoris cubierto de tela. Ella comenzó a gemir levemente ante mí acción, luego le quité sus bragas finalmente, me volví a colocar frente a su
ella algo nerviosa,
etada abertura. Sabía que esto le iba a dolor al comienzo, pero necesitaba estar dentro de ella más qu
nos centímetros y vi sus jugos combinados con su sangre virginal sobre mí polla, era la cosa más caliente que había visto. En ese momento, la vi de nuevo, bese sus pezones para que se excitara más y se relajará. Luego comencé aumentar mi ritmo, ella comenzó a gemir de placer, empezaba a disfrutar del placer que le estaba dando.
mió fuer
Había tenido el mayor orgasmo de mi vida y era la mejor sensación del mundo, y ahora lo podíamos hacer las veces que quisiéramos. Luego la
iel-dijo ella
s que un te quiero, pero no me importaba en lo absoluto lo que podrían pensar los demás si un día nos v