Corazón Traicionado - contrato de matrimonio
amó a Helena y la invitó a
ecías muy interesada en el vino, cr
nterior, lo guapo que había sido. Habían quedado en dar u
un poco preocupada, temiendo que la gira fuera aburrida, de
oy a arreglar y est
do pasar por su ho
í, c
ba tan feliz! Al parecer, el destino la había enviado a
a! ¡Puede que no
lo eran. Si Helena termina acostándose con Jorge, aunque pudiera evitar un embarazo con la píldora anticonceptiva, para cier
na blusa verde, para resaltar sus propios ojos. Mirándose en el espejo,
Cuando ella salió rápidamente del edificio, él quedó impresionado, ya que las mujere
tienes que hacer mucho para verte aún más increíb
ubió al auto. Se dio cuenta de que tenía un conductor, por lo q
e vamos a probar algunos vino
oy bien con eso", respondió Helena
de las manos. Estaba sentada al lado de Jorge y él tenía un perfume delicioso, que la embriagaba. Helena no s
u presencia la estaba afectando de una manera positiva. Y no podía negar que estaba interesado en esa mujer. Ella era h
to, Helena, pero
cara para mirarlo y esos ojos verdes, combinados con su cabello castaño dorado, su piel bronceada y el primer bo
... ¡También
te allí mismo. ¡Necesitaba encontrar fallas en
- preguntó Jorge, frunci
l coraje de hablar. Helena se cubrió la cara con las manos, pero
ar su rostro ante él. "No deberías avergonzarte de mí. Sé que
re. Estaba sie
ue... casi no puedo cre
e preguntó y le ofreció su brazo
mente, quiso cubrirse la cara, pero recordó lo que él había dicho y volvió a dejar caer
freció la mano a Helena, que salió del coche y miró las enormes puert
a Helena y le
o que no lo descubras hasta d
por esas palabras.
r eso?--- Ella se rió nerviosamente
do romántico. ¿Ver? ¡Ya hay uno d
onocer a un hombre verdaderamente romántico, pero era muy difícil. La mayoría solo quería juga
ecto per se. Pero podemo
a asintió con la cabeza. El lugar se veía muy
e mayor, un poco bajito y gordito, se acer
es Helena González - dijo Jorge y agitó su mano en dirección a Helen
González! Es señorita, ¿verdad? - El
nocerlo, Sr. Ricci! - Respondió
u belleza! - Se llevó la mano al pecho, pa
ermosa! Tengo mucha suerte de q
nque un poco juguetón, parecía tener un ligero dejo de rigidez, c
placer de caminar junto a la señori
mera vez, tocó a Helena sin pedirle permiso, colocando su mano suavemente sobre su