La muñeca de Bratva
ia Gera
ca -me informa Benedikt,
Fiară (bestia) -respondo l
, el cual nos llevará hasta Taganski, durante todo el viaje sigo revisando unos documentos importantes sobre a
uiere Benedikt preocupado al
sia que tiene acceso a ellas, por desgracia ese hombre se encuentra en Italia en este
e vaya y lo
mi lado, ya viste lo que
-Asiento ante sus palabras y me permito cerrar un momento mis ojos. Benedikt es la única persona a la
s hombres, para llevarme hasta la casa de seguridad donde se encuentra el maldito traidor
informa Fiară, quien me tiende l
regresar esta misma tarde a San Peters
sta unas puertas pesadas de madera, las cuales Benedikt abre revelando unas oscuras y frÃas mazmorras con un fuerte olor a humedad
irada y me observa con terror-. ¿No me digas? Pensabas que el Coronel Pavlov al fin habÃa acabado conmigo, ¿cierto?, pero lamentablemente y para tu mala
o y ahora que tiene una foto tuya es casi seguro que den contigo en un abrir y cerra
ole la foto donde se me ve en compañÃa d
enes en tu poder? -cuesti
sfacción mÃa, me percato de que Viktor tiembla al darse cuenta del significado de mis palabras-. ¿En verdad creÃste que no serÃa capa
u padre estarÃa decepcionado de lo que has hecho en todos estos años. Cierto, lo olvidé que no eras su hija, no eres más que una maldita prostituta que él acogió com
cuenta de que con Anastasia Gerasimova nadie se mete
e exijo que los dejes -grita fuera de sà e intenta
sobra que Anastasia no te lo perdonarÃa nunca y aun asà te atre
ujer menuda de ojos llorosos y con dos pequeños, uno de brazos y el otro aferr
er, luego casi cae de rodillas, pero gracias
e ninguno de nosotros -le confiesa con los dientes apretados, el odio que des
mujer Viktor, curiosa tu forma de pensar, pero te
e biológico! -grita como si de ese mo
orando las palabras de Viktor, a lo cual ellos ar
gritos se vuelven desgarradores-, ¡Maldita ramera!, pagaras con sangre lo que has hecho -vocifera, después me escupe a l
tú, se atreve a hacerle algo semejant
can nada para mÃ. -Levanto mi mano y lo detengo, tomo un pañuelo que me tiende uno de mis hombres, limpio mi cara, para después toma
nfeliz muñeca? -interroga Benedikt, mi
que es lo que le sucederá a cada uno de los soplones que intentan jugar en ambos bandos -sentencio frÃame
uzo con uno de mis h
á la mujer
pidió, no tiene que preocuparse por nad
-Mi hombre solo asiente y subo rápidamente hasta l
vanta de golpe y co
sé que Viktor era
rto que era mi esposo y que lo... amaba, eso no quita lo que tú hiciste por mà hace años al salvarme
el pasad
iese conocido a Viktor y por supuesto no tendrÃa a mis hijos, pero
r donde nadie los conozca, no debes preocuparte por nada, algunos hombres estará
uego la veo partir junto con sus hijos para com
-pregunta Fiară a qu
ador, una vez aquà me permito derramar unas cuantas lágrimas, me lavo la cara, me aplico maquillaje y s
medios cuando se enteren del pequeño o
ol comienza a ocultarse en el horizonte, a mi lado siento como Benedikt posa su mirada en mà c
enta frente a mÃ, observándome fijam
asà -espeto con
entes ocultarlo, sé que las palab
te refieres, estoy
que intentes mostrar esa fortaleza, sé que por dentro estás
uardar silencio Benedikt, intento concentrarme en estos documentos -respondo con los labios apretados
una vez en el hangar Benedikt me protege igual que siempre,
car de mi cabeza las hirientes palabras de Viktor, sin embargo, mi pasado es algo que nunca podré borrar