El Secuestro de Lucía
- debo confesar que me
con voz austera y
algo?- me
samente lo qu
oma asiento- aceptó el ofr
ien- tensó l
bi
ía, no es fácil adaptar
adolescencia, una etapa bastante dura, sin
es. Conmigo es to
tono de obviedad- la verdad es que yo
ucía, comprende que tú destruiste el hogar que yo
go todo lo posible por ganarme su afecto, al menos s
- ella no puede respetarte Rafael, al menos no en las condiciones que
e ella y mis hijos. La trato bi
le pregunto emp
é te r
. . ¿Por qué Lucí
ue sufre d
rme tranquilamente toda la noche, se levanta descansada
encoje de hombros- la verd
sabes?- le miro con
cusarme de a
que le roba el sueño a
ue ocurre Neithan, no sé porqué Lucía no puede dormir, pero te as
unto fijándome en cada movimiento de si cu
nada bueno, de serlo estarías h
seriamente- no quiero averiguar que algo macabro sucede bajo tu techo y que le impide a mi
a Lucía!- me dice fur
icho y
igo, eso es lo que has insinuado
mo un vil ladrón, te metiste en mi casa, en mi cama, con mi mujer, y sólo Dios sabe lo que me costó no hacerlo- todo mi cuerpo está en tensión- pero no toleraré ni un solo maltrato hacia mi hija, no permitiré que ni
estoy determi
ía.
e pregunta Becca, co
oy ni he llamado a Allison, seguramente se
con ustedes, yo podría pedirle permiso a tu madre, Lucía- sientle digo apenada, sintiendo
ompañará- mueve las cejas cómicame
o la opinión de mi madre, no tiene moral para reclamarme n
grita Bec
rte la mía- dice mirándome directamente a los ojos y logrando que me ruboric
cha. Hemos decidido ver una película de romance y la verdad es que no puedo concentrarme de
giro y lo observo, a pesar de la oscuridad sus ojos brillan y la h
. . -
os y me acaricia una mejilla, siento como un hormigueo nace justo allí donde me toca y se extiende por todo mi cuerpo. Su pulgar recorre el contorno de mi labio inferior, y t
Gabbe y yo, vivimos muy distanciados. Dejamos a Becca en su casa, quien promete llamarme, entonces le doy la dirección de mi casa al taxista, mientra
e desdeb lejos- me giro para verlo a los ojos- tan hermosa, tan
Gabbe, yo no me imagine
mo. Llevo todo el día diciéndote lo que siento, pero no qu
í- le dig
gunta y mi corazón
ca que hemos llegado. Él baja del auto conmigo y me acompaña hasta la ent
n día
sonrío- el m
sta?, ¿pensarás en ser
mi padre?- le pregunto nerviosa- él. . . su op
sonríe- podemos hablar con él
unca antes había tenido y no puedo creerme que me esté pasando esto. Cortamos el abrazo y me quedo allí mirándolo, esper
suave, y muy agradable, no sé hacerlo pero le imito, permitiendo que mis labios se muevan contra los de él, siento que mi cuerpo se
imaginé- me susurra-
enta que pierdo el decoro- me gustas mucho, muchísimo-
si. . . - me suplica- te prometo que ha
nga. Gabriel, es un buen muchacho. Él vuelve a b
mos mañan
luego lo veo subirse al taxi y alej
vio! Sonr
o se enoje. Suspiro y