AGONÍA
parecían haber perdido toda expresión, parecían transparentes, vacíos
s dicho,
Linda. . . no sé
on Margaret, pero darle un hijo le destrozaba el alma, porque a fin de cuentas Margaret tenía de Marcus, todo lo que a ella le negaba; matrimonio, estabil
. . mi a
- vas a tener otro
. . .
e, estoy harta de que Margaret tenga todo, mient
en su expresión, lo adivinaba en sus palabras, en las lágrimas silenciosas que
l daño que me causas, no he hecho otra cosa más que amarte, que entregarme completamente a ti, no he escatimado en nada, te he dado todo y. . .¡ es así como me pagas! – Marcus qu
seguir esquivándola, comenzaba a sospechar, de hecho me pregunto si estaba tenien
secuencia ha sido un hijo, esto nos
ó desesperado- no podría vivi
er a partir de este
carla pero ella retrocedió esqui
Álvarez, aquí termina todo, quiero que sa
a Dios, no me hagas e
lo mismo conmigo, me ha
epararlo
. . ¿cóm
osas aquí, me mudaré contigo cariño. . . l
n, si dejas a Margaret, no sé dónde iras, porque n
Linda, te amo, n
perdido -
puede ser el fin- decía con desespero mientr
relación, y el inicio de una nueva vida pa
ición
a no hay nada q
por pequeña que sea.- dijo a la vez
la
esespero en la voz, capaz de intentar
lágrimas, bañaban su rostro, siendo la mayo
endo intr
ritó exasperada –
a ella para abrazarla, pero nuevamen
¡ tu mujer te necesita!,
nda
ambas mejillas – no seguiré perdonando tus fallas, no seguiré tolerando el dolor
mi vida
esperada mientras agi
inda, te
late
ariño. . . saldrem
de mi casa. – miró tanto dolor y tanta decisió
jaré cariño.
as Marcus. . . pe
nda
nte durante ocho largos años Marcus, fui la otra, fui tu querida, te di mucho y recibí tan poco, toleré de todo Marcus, pero esto. . . esto ya es demasiado, vete de mi vida y vete para siempre, ¡nunca más seré la otra!, ojalá jamás te hubiese conocido- sollozó- es definitivo; vete y no vuelv
iento
o más que yo- dij
eme alg
r peticiones?- lo mir
aseguró él, con
condiciones d
ue me concedas una última cosa, en
uieres
lla no retrocedió, ¿qué daño podría causarle un último beso? A fin d
cus.
La amaba, realmente la amaba. Ella respondió ardientemente, le dolía el alma, quería aferrarse a él y no perderlo jamás, pero la realid
arcus – di
o irme- le susurró en los labios
menzaban a llorar nuevamente- dijiste que sería el últ
favor
fijamente, él la soltó y se alejó lentamente de ella, enc
maré a nadie como lo he hecho contigo.
dea de que fuera él quien dijera la última palabra. Al quedarse sola
¿por qué le ocurrí
lemente, Marcus se había ido