¿El marido cojo? ¡Un magnate misterioso!
a frente a ella. Sus narices se tocaban y sus alientos se mezclaba
dici
educirlo? ¿Y si pensaba que había ro
y miró a Layla, quien yacía enci
bien. De
uando sintió sus músculos cincelados bajo sus dedos. No esp
na corriente eléctrica ante su
io, pero como le dolía mucho el tobillo, volvió a tambalears
ella se puso de pie, cojeó hacia un
ropósito, ¿no?"
ró a extender su mano para ayudarlo a s
entras se frotaba la mano. "Ni siquiera me gusta
binete, sacó un edredón
dó dormida. Pronto suaves ronq
ucada en el sofá y se tocó los labios.
tarse si ella estaba
ión. Rápidamente se cambió de ropa y se dirigió a la sala de estar. Tan pronto como llegó, e
reguntó ella, fru
adecía dolencias ademá
gió involuntariamente a sus carnosos labios rojizos. Su cor
. No dejaba de repetirse a sí mismo que no tenía ganas de besa
a cocinar y observó los utensilios nuevos de la cocina
?", preguntó él
amilia Reed era arrogante y dominan
eguró Layla. No era como
bollas", ag
endi
cortó tres cebolla
rk se veía molesto cuando
opa de verduras con una cuchara, en
sus adentros ant
a, pero no encontró ni una sola pieza de cebolla.
respondió Layla con
que Clark no era alérgico a las cebollas, solo era quisquilloso con la comida. Por lo tant
a lavó frutas en la cocina
, su teléf
n la estaría lla
inmediato, su rostro palideció. "¿Qué?
as a un lado y salió corriendo de la