Te Entregué Mi Vida
había visto antes. Es muy guapo". Robert estaba de pie al lado d
í", respondió Ma
qué no me habías mencionado esto antes?", lanzó la
emasiado tarde. Ella había estado tratando de pasar desapercibida para evitar al sujeto del que práctic
sus ojos oscuros se encontraron con los de ella, una sensa
un mesero que le llevaba una computadora portátil,
se abrió un collage de múltiples pantallas. Habiéndose centrado en una en particular, la seleccionó antes de entregársela a la
lo que acababa de suceder, de modo que se acercaron un poco más hasta
De repente ella misma había inclinado la botella mientras el mesero estaba sirviéndole la bebida. De no haber sido por los rápidos reflejos del empleado, todo el co
dita ment
r al pobre chico por algo qu
mable como para no revelar lo que había s
la parte culpable la qu
das y comentarios desdeñosos hacia l
a con una mano y huyó de la escena con obvio pánico y
tante, se las arregló para que todo se solucionara en solo unos minutos. ¡Además es muy guapo!". En ese punto Jean ya estaba
apo! Ven a nuestra mesa
éptame un
ombre. Todas asumían que debía ser alguien de alta posición en el establecimiento y querían aprovechar la oportunidad para hablar con él. No obstan
acia él, lo tomó del brazo y lo acercó a su pecho para enseguida dirigirse a los demás present
s había presumido comprensiblemente que ella y Robert tenían algo, y sacudiendo la cabeza, habían continuado con sus propios asuntos. A pesar de todo, la
e y ya. Ninguna de ustedes tiene ninguna posibilidad, sinvergüenzas". Si bien ella pensó que había hab
erencia, aunque sus ojos mostraban cierta sorpresa. Al notar su brazo acurrucad
izado de nuevo y sintió un inexplicable impulso de soltarle el brazo. La verdad era que no estaba segura de que le gustara su tono de voz, pero enseguida le vino a la mente ot
ber qué estaba haciendo esa chica
con los nervios apoderándose de ell
o de reunir el valor que le quedaba en el cuerpo para decir su plan en voz alta, y por
nriente al tiempo que dejaba
ría lo equivocada que estaba, ya que la poca valentía que había tenido se acababa de esfuma
ró su taza y tomó un sorbo. Cada uno de sus movimientos irradiaba tanta ele
e ella no era así de osada y sabía muy bien que nada de eso era asunto suyo, pero no pudo evitar
encontró ahogada por los nervios, su mente se había quedado en blanco y solo el concepto principal de su obj
li
¿cuándo se había vuelto tan atrevida esa chica? ¿Debería una mujer d
en su reacción no había sido tan dramática como la de la otra mujer, su rostro pareció cambiar