Lazos del pasado (Saga #1 de Amores encadenados)
Ps
sus hogares fuera de Londres, en fin, todo vuelve a la normalidad después de hab
de este año, 1824. Lady Amelia Straton y Lord Christian Evans.
sociedad de
Liviana y Marcus por fin eran felices y habían formado su familia junto a sus pequeños, había decidido dejar la residencia Agnes. Su hermano le habí
go milady? -
nsaba - resp
ro. Lo único que la retenía en Londres era su hermano Leo. Porque ya había renunciado a
por Christian? Aquella noche en la que volvió a estar en sus brazos se sintió viva, pero él nuevamente la había dejado, negándose siquiera a
. Luego la presentó con todo su personal de trabajo. Una vez instalada en la mansión, su hermano le avisó que sus padres querían verlos a a
ncia de sus padres, estaba nerviosa y deseosa de saber que
pequeño resentimiento hacia ellos por darles la espalda cuando aún era muy joven y h
nadie - dijo su hermano en ton
después de haber pasado casi un año en Londres, a
ue no sean tan crueles en sus deseos, como siempre - dijo Leo
de la felicidad de sus propios hijos. Por eso Logan y él habían decidido salir bajo del techo de sus padres
la sala del té, Jayne apenas había bebido de su bebida mien
jo Leo rompiendo el incómod
conocidos para ti, somos tus padres - dijo Jul
u madre siempre tan se
que queremos algo, y más de ti, Jayne - al escuchar su nombre rápi
lla ahora, despué
tió no muy convencida de adonde quería llegar su padre con esa conversación -. Lo que quiero decir es que si quieres que volvamos a acogerte como nuestra hija y
on al unísono ella
re, ella miró a su madre quien la mir
ién? - preguntó
spondió su padre y rápidament
fectamente la reputaci
n tenía una pésima reputación con ellas, ¿y su padre le pedía que se casara con él? Además, era un hombre mayor para Jayne, al menos parecía tener cuarenta año
ería un heredero para su título y no quería que los esposos de algunas de sus hijas lo tomaran, su difunta esposa no pudo darle un varón - dijo Caleb tranquilamente -, entonc
o pa
ener tu propia familia y ser aceptada nuevamente por la sociedad, además
la influencia del duque de Devonshire, podría hacerlo, pero prefieres qu
n más importantes en Londres y en Irlanda - dijo Caleb mirando a su hijo -. Piénsalo bien, Jayne, tienes la opo
te más razonable le decía que lo pensara mejor antes de d
s, aunque no amase a quien sería su esposo, pero por lo