MÁSCARAS.
e mucho humor, pero desde que tengo memoria no había tenido una e
cocina por algo de agua, tenía la boca tan seca que me tomé media botella de un solo golpe, estaba apenas en bóxer y me devolví al cuarto, ya más calmado me vestí para salir, le di
entro del parque, troté unos cuantos metros más y me detuve a hidratarme, las chicas del yoga me parecían tan sexys, incluso una llegó a giñarme el ojo, me sentía con mucha suerte esea y oscura cubriéndolo todo, todo el mundo comenzó a correr, la rubia desapareció y yo solo me quedé petrificado mir
tenía mi ropa de deporte si no una bata de paciente y vi como el cielo se convirtió en el techo de un pasillo oscuro con paredes blancas pero desgastadas, sentí las agujas entrar en mi cuerpo y llenar mis venas de ácido, quemando por dentro de mi p
d señor extraño, respondiendo todas sus tontas preguntas y lo único que m
no le gusta, por eso le doy la de los demás, a él no le importa que tan roja sea, Alfred me entiende, mi novia no me entendía y a Alfred no le gustaba, por eso tuve que ponerla a dormir, solo le acomodé una alm
e entien
d se pone feliz yo me pongo feliz, usted le gusta a Alfred, por eso no lo mataré, él no quiere que
e gustan