MÁSCARAS.
ay alguie
stá el d
el único que nos comprende y ademá
o veo más delgado, ¿ha dorm
ntador del cuento, cuenta que te cuento, ¿Qué me cuentas
, creo que no, esos seguros no funcionaron porque las salas estaban llenas de niños ja ja ja ja. Cantaban, gritaban, lloraban,
to, ella me sonrió inocentemente y me guio hasta él. Cuando estábamos adentro aproveché un descuido y le di un golpe directo al ro
a porque cuando le tiré acido a en el cuerpo su piel se cayó a pedazos y solo se veía el rojo carmesí de su sangre, la observé durante horas, en silencio, viendo cómo se retorcía de dolor, como sus ojos me miraban suplicando, rogando que no la matara, seguía tirando ácido por todo su cuerpo, escuchando como se hacían burbujas de aire al quemar la piel y todo lo que se atravesaba a
idas aventuras con Alfred me pone senti
mañanas los gorilas con varitas mágicas electrizant
es un b
gustan