¿Te quedas conmigo? Princesa y esposa por contrato.
a no poner en riesgo la mayor relación económica que podría lograr, pero así era, Amelia le había pedido que pasara
so y su aparente novia, con el vidrio abajo, él le había ordenado que se comportara como era deb
casó un emisario legal, pero una hora después en el despacho del salón de eventos hemos firmado el divorcio, Amelía abrió los o
de sus empleadas como sirvienta, esto, para que la mantuviera al tanto de cualquier cosa que pudiera pasar, ya fuera entre los invita
a fingido ser su amiga, la había alentado para que declarase sus sentimientos a aquel chico dulce y travieso que había conocido en la biblioteca, ¿Y para qué?, para finalmente ser completamente rechazada, humillada y despreciada por el primer amor que había sentido, como una mujer debe ama
ellos tentadores labios supuso algo más doloroso de lo que había considerado jamás.- Firmamos el acuerdo de divorcio, solo estamos fingiendo por el sentido de responsabilidad, nuestras reputaci
delicado alivio. Por ahora, no había mucho que pudiera hacer, solo le quedaba abstenerse y observar cómo se desenvolvía la situación y en cuant
nsa de Rossette al ver el coche alejarse con la expresión sumida en vacío y la tensión en los hombros de Aiden sobre el volante mientras se alejaban calle abajo, incluso lo había pillado viendo el espejo retrovisor algunas veces, pero aún, no era c
, su mirada fija en el camino, su mandíbula igual de tensa, un simple asentimiento.- A su vez, ¿Esta Rossette es la misma que ha salido en los escándalo
desnudos, por sus numerosos escándalos sexuales con hombres y mujeres, por igu
ospechaba que él, estaba al tanto de cada uno de sus escándalos, así mismo como seguía su carrera de actriz como si de un hobby personal, se tratara. No es que fuera un acosador, o que siguiera enamorado de ella, simplemente sentía que el karm
sa voz de Amelia lo
inamente de mal humor, al recordar la fotografía de
or tembló suavemente, Aiden se giró al verla finalmente cuando estacionó el coche en el estacionamiento de los Hamilton. Al ver su reacción se maldijo internamente. Amelía era su mejor amiga, y existía un cariño esp
había dado de pequeño mientras se giraba hacia ella luego
, sobre su propio muslo, aquel día ella llevaba una falda corta que se había sub
ercó más, proporcionando que sus labios casi se tocaran.- todo lo que hemos logrado... Lo que podríamos lograr...- La excitación era algo con lo que Amelia sabía jugar muy bien, tal vez demasiado y dejándose seducir por aquellas palabras, promesas del poder que ansiaba c
cidido a olvidar todo lo demás y darse un momento de alivio con Amelia, cerró sus ojos para besarla finalmente, ella le imitó, abriendo un poco más sus labios, generosa, y sus piernas, también, se habían abi
emente, no podían detener el avance de un hermano idiota. Aiden suspiró y se a