Entre las hojas
ubre d
cama y me golpeé la frente contra el borde de la mesita de noche que estaba a la derecha de la cama, busqué varias veces el reloj con l
y al mis manos sentir el suave contacto del agua fría un escalofrío recorrió mi cuerpo de pies a cabeza pero no fue una sensación para nada desagradable, es más como que eso fue lo que necesité para espabilarme. Tomé agua entre mis manos y me empapo el rostro, m
tera con baches- dije al observar mi reflejo y qued
o con algunos destellos de luz de vez en cuando. Reaccioné de mi trance en el que yo mismo me había sometido, me cepillo los dientes y salgo del baño otra vez a mi habitación; recorro el cuarto con la mirada
- dije mientras buscaba rápidamente una camisa que pon
las llaves que estaban colgadas en la parte izquierda de la puerta y de un portazo abandono mi hogar, par
e, llego a recepción y pido que me digan el lugar de la reunión, la recepcionista era una comput
z tal vez podría... ¡Mierda! Que estoy pensando, concéntra
ortantísima con la distinguida señorita Almohada y con la Madame Cama y me consumió todo mi tiempo dispon
elodía de fondo no ayudaba para nada a calmar mi agite, solo me estresaba mucho más, mi pie derecho g
n el número 55 en dorado. Al entrar lo primero que veo fueron que ya las pers
algo sutil pero convincente
ardió , el pecho me subía y bajaba aceleradamente por el ca
ciones y en situaciones de presión pierdo fácil
inconvenientes- mentí en un intento de justificar mi retras
gos pero mi insistencia y urgencia la hicieron darme una oportunidad desp
ra mi que he presenciado en m
taria y fuerte a los demás par
sos por largarse de este lugar, yo también lo estaría y es más, es lo que quiero hacer. Salir huyendo sin dar una explicación alguna o que se Act
jo la señorita con su voz suave pero que te da esa sensación de respeto- aparenteme
ivo del chisme de la semana, pero no me interesa lo que opinarán de mi los demás, pues obvio no estaba ahí por voluntad propia o por qu
opción que resignarme y era algo que me costaba demasiado, pues me consideraba alguien que no dejaba que
omable" ;en el buen sentido de la frase no se
e de las pendejadas que solo a mi se m
en este grupo de apoyo por orden de juez, por
s en mi su penetrantes miradas ,como si así conseguiría
eñorita a cargo con un tono de curiosidad y dulzura
cárcel y además ellos parecen que con su miradas quieren verme hasta los bo
ador ebrio regalando puñetazos a cualquiera en la calle- dije sin pensar mucho sobre que
levantó de su silla y me agradeció por mi participación e informó que ya podían retira
da, pero a medio camino algo llegó a mi
us pequeños ojos negros y sintiendo de nuevo como s
incomodidad inconfundible
ijo con una sonris
salí de el aula para lu