El papá de mi bebé
Ashh! ¿Por qué tarda tanto? L
r por el tonto resultado. El corazón se me subió a la garganta y mi pierna no dejaba de moverse, mie
ida recorrió mi cuerpo, claramente se dibujaron dos
tal y como lo hubiese hecho mi m
na broma ¡Es que como se me ocurre! - Refunfuñé como loca cam
jor vamos y compramos otra en la farmacia para estar segura ¡Sí! Eso voy ha
do cada dos minutos. Sentí que el suelo bajo mis pies se tambaleaba ¿Cómo se supone que sería la
quiera estoy segura de quien es su padre - Me deslicé por la pared, hasta sentarme en posición f
que creen. Para empezar, me presento, me llamo Cándida Ruiz, tengo 30 años, soy licenciada en contaduría, soltera y sin compromisos (h
o en cuerpo y alma a crecer como profesional, comprometiéndome al máximo con la empresa para la que trabajaba (con la esperanza de más pronto que tarde, pertene
reír a Dios, cuéntale tus planes", - Y vaya que los míos le hicieron gracia - Para entender que tiene
ses an
ctor te espera
s! Ensegu
y al fin se haría realidad. Respiré profundo, cerré la laptop, me aseguré que mi ropa est
o, tenía los mejores índices de productividad, sin mencionar que mis contribuciones eran las mejores, sin duda, era mi momento. Además un
Emocionada to
ron desde el inter
Víctor Peña, quien hasta ese momento, fue e
me da verte, por f
, como una especie de presentimiento, mala espina, palpito, o como quiera
as verme ¿Sucede algo? - de pronto
ban precisamente bien, me miraba con cierto aire de lástima, sin m
las cosas acá no ha
versación, pero en el fondo quería que me lo dijera en mi cara, mej
e quieres decirme,
upongo que no tenía el valor suficiente para hablar, pero de mi parte, no le facilitaría las cosas. Con mi orgullo a flor de piel,
carte esto, pero... la empresa ha d
iente del asco cuando por fin lo oyes. Lo primero que sentí fue una r
partamento... ¿De qué
or todos los años de contribución con nuestra compañía y
simplemente la sangre se me subió a la cabeza. Pues, l
mejores años de mi vida a esta puta empresa, no tengo familia, amigo o algún ápice de vida s
dejé llevar por mis instintos y cuando quise darme cuenta, había destruido gran parte de la decoración. Obviamente, esta demás
a, me sentía estafada, traicionada pero sobre todo, explotada; es más, me atrevo a afirmar que para ese momento seguía sin cree
icieron que reaccionara de a poco, cuando vi q
aquí es un caos, el chisme se rego por todos lados, incluso se dice que te
erro, ahora quieren demandarme... pues qu
o entiendo nada, por favor amiga, esto aquí es un
ca en boca en la oficina, que me señalan después de tantos años
teléfono, a parte que no quiero habla
dy! -
guardada para la celebración, por mi
ción, ¿Qué se supone que harás ahora?, no eres nadie sin tu trabajo.
opa desaliñada, el maquillaje corrido y el cabello alborotado, maldiciendo mil veces como desperdicie m
mbre con desesperación. A la fuerza y
- me extendió los brazos y me deje ir en
que tengas que llorar que tan pronto termine
que no entendí a la primera que quería de