Login to MoboReader
icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
Los Secretos del CEO

Los Secretos del CEO

Angelics

5.0
calificaciones
406
Vistas
10
Capítulo

Mary es una modela joven proxima a casarse con su prometido, pero a poco antes de que se celebre la boda y mientras lidia con el estres, encuentra un diario que escrito con la letra de su prometido, el cual le estara revelando cosas que ella no se esperaba del pasado de ambos. ¿Podra Mary seguir con la boda a pesar de las cosas que hizo su prometido en el pasado con todos incluyendola a ella?

Capítulo 1 El diario

-Despierta de una vez, cariño -dijo un hombre, que estaba sentado en una cama, al lado de una mujer.

-Cinco minutos más -dijo la mujer, quien todavía estaba acostada en la cama.

-Debemos irnos para encontrarnos con los organizadores de la boda, levántate de una vez y vístete -dijo el hombre, mientras se levantaba y caminaba para ir al baño de la habitación.

Poco después de que el hombre se fuera, la mujer se levantó lentamente, mientras bostezaba ligeramente, y colocaba su mano en su boca.

La mujer, parecía tener una edad entre veinte y treinta años, debido a la juventud en su rostro, pero que al mismo tiempo tenia cierto aire de madurez, tenía una piel blanca, cabello y ojos de color castaño oscuro, su pecho era bastante amplio, y su cuerpo curvilíneo.

Cualquiera que viera a esta mujer de piel blanca, diría que es muy hermosa, y debía serlo, teniendo en cuenta sus antecedentes.

- ¡Ya te levantaste, Mary! -grito una voz, desde el baño en la habitación.

- ¡Si, si! Ya lo hice -dijo la mujer de piel blanca.

La mujer llamada Mary, se levantó lentamente de su cama, y camino poco después hacia el baño, y cuando entro, vio a un hombre en pijama, que se estaba lavando los dientes cuando ella llego.

El hombre, era de piel blanca, de cabello castaño muy oscuro, al igual que sus ojos, media aproximadamente entre un metro setenta y un metro setentaicinco de altura, su constitución era esbelta y atlética, y se notaba que tenía algunos músculos algo visibles en su cuerpo.

Cuando la mujer vio a este hombre, lo abrazo desde atrás, y le dio un beso en la mejilla, el cual poco después fue respondido con un beso en sus labios por parte del hombre.

-Ya se acerca el día Donald -dijo Mary, poco después de ser besada.

-Sí, pronto tendré a una miss universo como esposa -dijo el hombre, llamado Donald.

-Deja de llamarme así, yo no gane ese concurso, a penas y si pude llegar al top cinco -dijo Mary, mientras miraba a Donald.

-Para mí, tú ganaste ese concurso -dijo Donald, mientras terminaba de cepillarse los dientes.

Cuando Mary, escucho estas últimas palabras de Donald, suspiro involuntariamente mientras recordaba el pasado.

Hace poco menos de una década atrás, hace más o menos siete años, había participado en el concurso de belleza de miss universo, celebrado en estados unidos, representando a su país natal, España.

Lo había hecho bien en el concurso, logrando avanzar entre las concursantes, pero al final lo más lejos que pudo llegar fue el top cinco, no estando cerca de ganar.

Sinceramente, ella tenía un cierto remordimiento por eso, ya que quería ganar, e incluso mientras participaba, la llamaron una de las favoritas a ganar el concurso, pero por desgracia no fue así, pero lentamente lo había olvidado con el tiempo.

Pero Donald, se lo recordaba algunas veces, y eso la molestaba y la complacía al mismo tiempo, ya que siempre la llamaba su número uno.

-Ve a arreglarte mientras me baño, hoy va a ser un día ajetreado -dijo Mary, mientras besaba a Donald.

- ¿Nos bañamos juntos? -dijo Donald, con una sonrisa.

-No... si entramos los dos, nunca saldremos, vete mientras me baño.

-Bien -dijo Donald, el cual poco después salió por la puerta del baño, cerrándola después de salir.

-Cielos, ya han sido cinco años... no puedo creer que ya me vaya a casar -pensó Mary, mientras se veía en el espejo.

Ella y Donald, tenían una relación desde hace casi cinco años, pasando varios altibajos, hasta que por fin decidieron casarse los dos juntos.

A pesar de que debería sentirse feliz por su boda, Mary no podía quitarse de encima cierta presión en su cabeza, así como tampoco podía quitarse los nervios que la invadían.

Antes de empezar a salir con Donald, había estado comprometida, con un hombre diferente, pero al final esa relación termino junto con su compromiso, a pocas semanas de su boda.

En ese entonces, las cosas habían sido similares a como lo eran ahora, y ella estaba feliz por su casamiento, pero al final su compromiso y su relación con su primer prometido, terminaron por desaparecer.

Y ahora, las cosas parecían similares a como lo eran anteriormente durante su primer compromiso, ella, estando comprometida con un hombre del cual estaba enamorada, y es por eso que sentía miedo de que la misma situación que ocurrió durante su primer compromiso se repitiera.

-No es momento de pensar en eso... debo ir con los organizadores de la boda -pensó Mary, antes de desnudarse e ir a bañarse.

Mientras ella se bañaba, no se dio cuenta de que la puerta del baño, se abrió lentamente, y alguien empezó a caminar de forma sigilosa hacia ella.

Mary, quien todavía se estaba bañando, no se dio cuenta, o al menos así fue, hasta que sintió que alguien la abrazaba desde atrás, y le apretaba los senos con una par de manos.

- ¡¿Qué?! -exclamo Mary, involuntariamente, antes de girarse hacia atrás.

Y fue en ese momento, que vio a Donald, sonriéndole desde atrás.

- ¡Sorpresa! -dijo Donald, mientras sonreía.

- ¡Tu! -exclamo Mary, algo enojada de ser asustada por Donald de esa forma, aunque no pudo seguir quejándose ya que pronto fue silenciada por uno de los besos de Donald.

Y ella, al sentir sus labios, pronto le respondió.

Ya eran las diez de la mañana, cuando Donald y Mary, por fin salieron de su casa, exponiéndose al frio de España, que estaba golpeando a la capital, donde ellos vivían.

Debido al frio, ambos llevaban ropas abrigadas, caminando hacia su auto, poco después de salir, y una vez que se subieron, los dos por fin se pusieron en marcha.

-Vamos tarde... te dije que no podías entrar al baño conmigo -dijo Mary, enojada debido al retraso ocasionado por Donald.

-Tranquila, no pasara nada.

- ¿No pasara nada? Debíamos vernos con los organizadores a las nueve, y ya son las diez.

-Sabes, en mi país natal, cuando una persona dice una hora en específico, en realidad quiere decir una hora más tarde, allí cuando alguien decía a las diez en realidad quería decir a las once... así que estamos a tiempo.

- ¡Pero no estamos en tú país! ¡Ni siquiera estamos en tu continente! No sé cómo hacen las cosas allá, pero aquí en España somos puntuales -dijo Mary, mientras miraba a Donald.

Donald, era un extranjero, que provenía del continente americano, y que se había ido a vivir aquí en España, pero a pesar de vivir en otro país, e incluso en otro continente, Donald no había olvidado las costumbres de su país y continente natal.

Una de esas costumbres, que a veces molestaba a Mary, era con respecto al horario, al parecer en el país natal de Donald, la gente solía ser impuntual, además de imprecisa, cuando una persona, decía que iba a ir a una hora específica a algún lugar, al parecer en realidad se refería a que llegaría media hora o incluso una hora más tarde... a veces puede que dos horas incluso.

En varias y distintas ocasiones, Mary, al principio de su relación con Donald, en varias oportunidades pensó que había sido plantada por este, debido a que siempre llegaba media hora o una hora más tarde de la hora acordada, haciendo alarde de sus orígenes extranjeros.

Y esa costumbre, a pesar de vivir durante años en España, todavía no se le había quitado.

Cuando por fin llegaron con los organizadores, ya eran casi las diez y media, ya que Donald, compro comida en el camino, ignorando ya sea de forma deliberada o a propósito, las quejas de Mary.

Cuando por fin llegaron al establecimiento donde sería su boda, Mary, camino de forma rápida, rezando que los dueños no hubieran cancelado su cita, y Donald, caminaba detrás de ella, a ritmo normal mientras comía una hamburguesa que compro en el camino.

Cuando por fin llegaron, la recepcionista del lugar, Mary sintió cierta vergüenza por lo que iba a preguntar, al principio quiso pasarle la responsabilidad a Donald, pero cuando lo vio con su boca llena de salsa debido a la hamburguesa que estaba comiendo, decidió no hacerlo.

Así que fue a preguntar ella misma.

-Disculpe -dijo Mary, con un tono bajo.

- ¿Si? -dijo la recepcionista, mientras miraba a Mary.

-Tenemos una cita para reunirnos con los dueños del lugar... sé que llegamos... más de una hora tarde... pero... esperaba que todavía hubiera tiempo para reunirme con ellos -dijo Mary, mientras la vergüenza la invadía.

-Por desgracia... los dueños todavía no han llegado, tendrán que esperan sentados mientras llegan, disculpe la tardanza -dijo la recepcionista.

Cuando Mary, escucho estas palabras, su mente se quedó en blanco por un momento, y sola la sonrisa sarcástica de Donald, la despertó de su shock.

-Perdón... ¿Acaso no dijiste que "ustedes" los de España era puntuales? -dijo Donald, con un tono sarcástico.

- ¡Tú! ¡Cállate, solo cállate! -dijo Mary, mientras caminaba enojada a sentarse.

-No sería un buen esposo si no dijera que "te lo dije"... porque de verdad lo hice -dijo Donald, mientras perseguía a Mary.

-Cállate -dijo Mary, siendo esta la única palabra que podía decir, ya que no tenía otra con la cual refutar a Donald.

-De haberlo sabido, hubiera comprado otra hamburguesa... pero "alguien" dijo que íbamos muy tarde a nuestra cita -dijo Donald.

- ¡Quieres callarte de una vez! -dijo Mary, antes de sentarse, y darse cuenta de que alzo mucho la voz con su último grito.

Y cuando giro su vista a los alrededores, se dio cuenta... de que varias personas la estaban mirando, incluyendo la recepcionista.

Cuando Mary, vio esto, se avergonzó mucho, y empezó a desear que la tierra se la tragara, mientras trataba de ocultarse en el pecho de Donald, poco después de que este último se sentara.

El tiempo paso, y al final los encargados del lugar donde iba a ser la boda de Donald y Mary, terminaron por llegar, después del mediodía, justo cuando Donald y Mary estaban hambrientos... en especial Mary.

No había comido nada desde la mañana, ya que a diferencia de Donald, quien siempre estuvo relajado, ella estuvo estresada debido a la tardanza, y no había comida nada de lo que compro Donald en el camino, a pesar de las insistencias de este último.

Cuando Mary, vio a los encargados, se primer pensamiento fue gritarles debido a la tardanza, habían programado una cita para la mañana, pero los sinvergüenzas llegaron después del mediodía.

Obviamente estaba muy enojada, olvidándose en el proceso de que ella misma había llegado más de una hora tarde.

Pero al final no lo hizo, y Donald fue a encontrarse con los encargados del lugar, y hablo pacientemente con ellos, mientras Mary escuchaba cerca de ellos.

La fecha fue programada rápidamente, Donald arreglo todo, programando la boda dentro de un mes a partir de este momento, tiempo más que suficiente para preparar todo lo que se tenía que hacer.

Mientras conversaban, los dos encargados del lugar, intercambiaron varias miradas entre sí, alternando su mirada entre Donald y Mary, una y otra vez, y en medio de la conversación, de algún modo, uno de los encargados del lugar, termino por preguntar cómo alguien como Donald, había logrado comprometerse con alguien como Mary.

Cuando hizo esta pregunta, Mary se enojó con el hombre que la hizo, ya que la tomo como una burla hacia Donald, ya que este último... no era muy atractivo en realidad.

Francamente, Donald, no tenía nada resaltante, su altura era relativamente promedio, no era musculoso, a pesar de que estaba en forma y tenía una constitución atlética, y su rostro no era atractivo en ningún aspecto, mientras que Mary...

Para alguien que se convirtió en la representante de su país, en un concurso de belleza, y logro llegar al top cinco, era obvio que su apariencia estaba muy por encima del promedio.

Todas las personas, quienes los conocían a ambos, resaltaban este hecho, pero había algunas personas que lo resaltaban simplemente por malicia o de forma sarcástica, y Mary pensó que los encargados habían dicho esas palabras con malas intenciones.

Pero antes de que lograra decir algo, Donald respondió al hombre que hizo esa pregunta, aparentemente sin ofenderse, como si fuesen amigos y esas palabras solo hubieran sido dichas en broma.

Después de arreglar todo, ambos se fueron del lugar, aunque Mary, todavía estaba algo enojada, y no pudo evitar preguntarle a Donald, porque no se ofendió, mientras ambos estaban en el auto.

- ¿Por qué me ofendería? -pregunto Donald.

-Claramente ese hombre hizo esa pregunta con mala intención, o al menos así lo entendí yo -dijo Mary.

-Incluso si fuera así, ¿Por qué me importaría lo que él diga o piense? Yo voy a ser el que se a casar con una miss universo, mientras que él solo podría soñar con eso -dijo Donald, mientras sonreía.

-Tienes que dejar de llamarme así -dijo Mary.

-No quiero.

-Cambiando de tema... ¿Cómo vas con tú nuevo libro? -pregunto Mary, mientras miraba a Donald.

-Ya está listo, mañana me reuniré con mi editor para que lo publique -dijo Donald.

Donald, a la profesión a la cual se dedicaba, era la de ser un empresario muy exitoso, pero también era un escritor, y un novelista, y uno bastante famoso y exitoso, sin mencionar que era un empresario muy renombrado.

Mary, había intentado convertirse en novelista y en escritora profesional, pero los libros que escribió, no estuvieron ni cerca de ser tan exitosos como los de Donald, además de eso, su carrera profesional, estaba muy lejos de ser tan exitosa como la de Donald, quien era un escritor y empresario sumamente exitoso.

Esta situación, hacía que Mary se sintiera celosa, aunque aun así estaba feliz por el éxito de Donald.

Después de llegar a su casa, Mary empezó a hacer llamadas para poder preparar todo para la boda, tiendo un mes de tiempo para hacer todo lo que se debía para cuando llegara la tan esperada fecha.

A pesar de que Donald la ayudo donde pudo, él francamente no era muy bueno en organizar una boda, sin mencionar que muchas de sus decisiones, no eran del agrado de Mary.

Y como era natural en una boda, la decisión de la novia, se imponía a la del novio, por lo que Donald siempre tuvo que ceder cuando a Mary no le gustaba algo que él propusiera.

Y al final, tuvo que desentenderse de la boda, dejando que Mary organizara todo según su gusto, al parecer el único papel de Donald, era simplemente estar presente el día de la boda.

Del resto, Mary se haría cargo.

Mary, al final, después de pasar todo el día, pegada al teléfono y planeando todo lo necesario para la boda, termino por dormirse casi a medianoche, agotada por todo el trabajo.

A la mañana siguiente, Donald tuvo que irse temprano para asistir a una reunión de trabajo con los accionistas de su empresa, los cuales habían venido únicamente para poder reunirse con él en persona.

Mary, estando por fin sola en la casa, decidió limpiar, ya que en un par de días sus amigas le harían una despedida de soltera, y no quería que la casa estuviera sucia.

De esa manera, Mary, empezó a limpiar todo el lugar, pero su casa era bastante grande, con tres pisos de altura, así que tuvo que llamar a una trabajadora para que la ayudara.

Y cuando la trabajadora llego, ambas empezaron a arreglar todo, Mary, tomo el segundo piso, mientras que la trabajadora empezó a limpiar el primero, mientras que el tercero lo limpiarían juntas cuando terminaran.

Después de varias horas de limpieza, las dos habían terminado, y por fin fueron a limpiar el último piso de su casa, el cual era donde se encontraba la habitación de Donald y Mary.

El último lugar que limpiaron, fue la donde Mary y Donald dormían, y cuando limpiaron allí, Mary paso vergüenza, en varias ocasiones.

La trabajadora que limpiaba junto con ella... había encontrado en varias ocasiones... revistas de distintos tamaños, pero todas ellas con el mismo contenido... todas esas revistas eran del tipo "excitante" que los hombres siempre usaban para "relajarse".

Cuando la trabajadora encontraba estas revistas, al principio se sorprendió, pero después empezó a ignorarlas y simplemente se las entregaba a Mary para que dispusiera de ellas.

A pesar de que la trabajadora, aparentemente no le importaba, a Mary si... que su esposo tuviera este tipo de revistas, y en las cantidades que encontraron... era ciertamente preocupante.

Seguir leyendo

Otros libros de Angelics

Ver más

Quizás también le guste

Gato escaldado, del agua fría huye

Gato escaldado, del agua fría huye

Romance

4.8

Se suponía que mi matrimonio con Mathias me haría la mujer más feliz del mundo. Aunque sabía que él no me amaba, pensé que se enamoraría de mí una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mí. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentía totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volví a abrir los ojos, sabía que el destino me había dado una segunda oportunidad. Yo todavía era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedí el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difícil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguí adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no quería que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no quería dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro