Mis Cuentos Atrevidos

Mis Cuentos Atrevidos

VictoriusV

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La protagonista de este radioteatro es una chica atrevida capaz de lo que sea, pero con pocas habilidades y aún menos sentido común. Enamoradiza, depresiva, maleducada y malhablada, con pocas pulgas o quizás ninguna, esta chica confundirá las cosas y las tergiversará hasta hacer el ridículo en cualquier situación que se le presente. La Exagerada, una obra con la que no dejarás de reír.

Capítulo 1 Nadie Muere Mocho

RUIDO DE PUERTA QUE RECHINA.

Adalberto: Hola, mi amor. ¡Aaah...!

María José: ¡Ah! ¡Pensé que no venías hoy!

Adalberto: Estoy... muerto.

María josé: ¿Qué haces acá? Este... digo... ¡Al fin llegás! ¿Qué pasó que viniste tan de noche? ¡No será que andás con esa secretaria tuya, ¿no?! ¡Mirá que te llamé hoy y me dijo «el patroncito va a trabajar toda la noche; así que por favor no lo moleste», haciéndose la de la voz sexi!

Adalberto: ¿Qué te pasa? ¿Celosa? ¡Además, no molestes a mi secretaria que trabaja como los dioses, eh!

María José: ¿Ah, sí? ¿Tan buena es?

Adalberto: ¡Si supieras los trabajos que hace esta... digo... que hacemos, que hacemos todos en la oficina! ¡Nos la pasamos laburando! ¡Se labura lindo ahora en la oficina!

María José: ¡Pero casualidad que llegás tarde desde que cambiaste de secretaria! ¡Por qué tenés que llegar tarde siempre! ¡Con tu secretaria anterior nunca llegabas tarde! ¡Al contrario: tratabas de venirte temprano siempre!

Adalberto: ¡Pero era una vie... una señora mayor! ¡Mira si me voy a quedar apret.. trabajando, trabajando hasta tarde con una pobre señora mayor! ¡Yo me venía temprano así ella se podía ir a descansar! ¿Entendés? Además ¡Deberías agradecer que llego tarde siempre! ¿Quién te pensás que te paga ese perfume que traes puesto?

María José: Siempre agradezco que llegués tarde...

Adalberto: ¿Cómo?

María José: ¡Que siempre agradezco los perfumes que me regalas!

Adalberto: A propósito... ¿Fuiste a algún lado, que estás tan arreglada?

María José: ¡Yo siempre estoy arreglada! ¡¿O necesito alguna razón para estar arreglada?!

Adalberto: ¡Y; con lo que tardas en arreglarte, parece venís de una fiesta!

María José: Sí, de una fiesta loca...

Adalberto: ¿Cómo?

María José: ¡Qué estás loco! ¿Cómo vas a decir eso? ¡Yo no vengo de ninguna fiesta con... con nadie! ¡¿Cómo vas a insinuar eso?!

Adalberto: ¡Bueno, che! ¡¿Por qué te enojas tanto?! ¡Era un comentario, nomás! ¡Me puedo equivocar, yo; ¿no?! ¡Es que te vi tan linda, tan arreglada que...!

María José: ¡Ay, gracias! ¡Pero qué cosas decís! Aunque tenés razón: Estoy muy pero muy linda.

Adalberto: En serio ¿A dónde ibas?

María José: A ningún lado ¿por qué?

Adalberto: ¡Porque te pusiste perfume como para aromatizar un basural!

María José: ¡Ah, sí... Este...! ¡¿Ves que ni te acordás de mí?!

MARÍA JOSÉ LLORA.

María josé: ¡Vos y yo íbamos a salir!

Adalberto: ¡¿Qué?! ¿En serio? ¿A dónde íbamos a salir?

María José: íbamos a salir allá al... a ese... ¡restorán! ¡Al restorán del centro, al que fuimos hace un mes! ¿Te acordás?

Adalberto: ¿Vos estás segura? ¡Yo no me acuerdo, eh!

María José: ¡Vos me prometiste que íbamos a salir! ¡Quedamos en salir a comer! ¡Dale, dale que se nos hace tarde!

Adalberto: Bueno, pero estoy cansado. Déjame que descanse.

María José: ¡Me diste tu palabra! ¡Me llevas al restorán y se acabó!

Adalberto: ¡Bueno, pero espera que llegue a la pieza y me cambie aunque sea!

María José: ¡No. no! ¡Así estás bien, así estás lindo! ¡Vamos, vamos que perdemos la reservación!

Adalberto: ¡Bueno! ¡Pero al menos déjame ir al baño!

María José: ¡No, no! ¡Al baño, no!

Adalberto: ¿Por qué al baño no?

María José: ¡Todavía no lo limpié y es un desastre! ¡Vamos que se nos hace tarde!

Adalberto: ¡Pero tengo que ir al baño!

María José: ¡Se nos hace tarde, vámonos de una vez! ¡Vas al baño del restorán y listo!

Adalberto: ¡Ok, ok!

RUIDO DE PUERTA QUE RECHINA. RUIDO DE MOTOR DE AUTO.

María José: ¡Chau, chicos! Ya me lo llevo. Cuando se vayan, me cierran con llave y dejan el llavero debajo de la maceta ¿ok? ¡La pasé bomba!

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Advertencia de contenido: Esta historia contiene temas maduros y contenido explícito destinada a mayores de edad (+18). Se recomienda discreción. Incluye elementos como dinámicas de BDSM, contenido sexual explícito, relaciones familiares tóxicas, violencia ocasional y lenguaje fuerte. No es un romance ligero. Es intenso, crudo y caótico, y explora el lado oscuro del deseo. ***** "Quítate el vestido, Meadow". "¿Por qué?". "Porque tu ex está mirando", dijo, recostándose en su asiento. "Y quiero que vea lo que perdió". ••••*••••*••••* Se suponía que Meadow Russell iba a casarse con el amor de su vida en Las Vegas. En cambio, encontró a su hermana gemela en una situación comprometedora con su prometido. Un trago en el bar se convirtió en diez. Un error en estado de ebriedad se volvió realidad. Y la oferta de un extraño se transformó en un contrato que firmó con manos temblorosas y un anillo de diamantes. Alaric Ashford es el diablo con un traje a medida de diseñador. Un multimillonario CEO, brutal y posesivo. Un hombre nacido en un imperio de sangre y acero. También sufre de una condición neurológica: no puede sentir: ni objetos, ni dolor, ni siquiera el tacto humano. Pero todo cambió cuando Meadow lo tocó, pues sintió cada emoción. Y ahora la posee. Legal y emocionalmente. Ella quiere que la destruya. Que tome lo que nadie más pudo tener. Él quiere control, obediencia... venganza. Pero lo que comienza como una transacción lentamente se transforma inesperadamente en un vínculo emocional que Meadow nunca vio venir. Obsesión, secretos que nunca debieron salir a la luz, y un dolor del pasado que amenaza con romperlo todo. Alaric no comparte lo que es suyo. Ni su empresa. Ni su esposa. Y mucho menos su venganza.

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