La Venganza del Hijo Débil

La Venganza del Hijo Débil

Gavin

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Capítulo

Mi hermano Leo murió tras una herida de novillo en nuestra hacienda. Mis padres, líderes del imperio del tequila, solo vieron su muerte como una "debilidad", no una tragedia. Solo yo, Mateo, quise darle un funeral digno. Les pedí dinero, pero mi padre me negó hasta un centavo, riéndose de mi "drama" y obligándome a ganarlo como jornalero. Su influencia me cerró todas las puertas de trabajo en Jalisco. Mi "hermano" Ricardo, el hijo que mis padres siempre desearon, me empujó a las garras del brutal prestamista El Caimán. Fui golpeado salvajemente, pero logré enterrar a Leo con dinero manchado por la desesperación. Pero el horror llegó después: Ricardo me confesó con una sonrisa macabra que él había provocado el accidente de Leo. ¡Había asesinado a mi hermano! Y mis padres, que lo sabían, me castigaron a mí por mi duelo, por no ser el "hombre fuerte" que ellos querían. ¿Cómo podría un "hijo débil" como yo luchar contra la frialdad y traición de mi propia sangre? Una noticia viral expuso su crueldad, desatando el escándalo. Desesperados por el honor, en el sagrado Día de Muertos, mi padre, incitado por Ricardo, intentó profanar la tumba de Leo, golpeándome frente a todos. Ese día, la dinastía Agave de Reyes firmó su propia condena. Mi padre y mi madre habían cavado su propia tumba, y la de Ricardo. ¡Ahora, la verdadera justicia para Leo y para mí está a punto de comenzar!

Introducción

Mi hermano Leo murió tras una herida de novillo en nuestra hacienda.

Mis padres, líderes del imperio del tequila, solo vieron su muerte como una "debilidad", no una tragedia.

Solo yo, Mateo, quise darle un funeral digno.

Les pedí dinero, pero mi padre me negó hasta un centavo, riéndose de mi "drama" y obligándome a ganarlo como jornalero.

Su influencia me cerró todas las puertas de trabajo en Jalisco.

Mi "hermano" Ricardo, el hijo que mis padres siempre desearon, me empujó a las garras del brutal prestamista El Caimán.

Fui golpeado salvajemente, pero logré enterrar a Leo con dinero manchado por la desesperación.

Pero el horror llegó después: Ricardo me confesó con una sonrisa macabra que él había provocado el accidente de Leo.

¡Había asesinado a mi hermano!

Y mis padres, que lo sabían, me castigaron a mí por mi duelo, por no ser el "hombre fuerte" que ellos querían.

¿Cómo podría un "hijo débil" como yo luchar contra la frialdad y traición de mi propia sangre?

Una noticia viral expuso su crueldad, desatando el escándalo.

Desesperados por el honor, en el sagrado Día de Muertos, mi padre, incitado por Ricardo, intentó profanar la tumba de Leo, golpeándome frente a todos.

Ese día, la dinastía Agave de Reyes firmó su propia condena.

Mi padre y mi madre habían cavado su propia tumba, y la de Ricardo.

¡Ahora, la verdadera justicia para Leo y para mí está a punto de comenzar!

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Tentu, saya akan menambahkan POV (Point of View) ke setiap bab sesuai dengan permintaan Anda, tanpa mengubah format atau konten lainnya. Gabriela POV: Durante cinco años crié al hijo de mi esposo como si fuera mío, pero cuando su ex regresó, el niño me gritó que me odiaba y que prefería a su "tía Estrella". Leandro me dejó tirada y sangrando en un estacionamiento tras un accidente, solo para correr a consolar a su amante por un fingido dolor de cabeza. Entendí que mi tiempo había acabado, así que firmé la renuncia total a la custodia y desaparecí de sus vidas para siempre. Para salvar la imprenta de mi padre, acepté ser la esposa por contrato del magnate Leandro Angulo. Fui su sombra, la madre sustituta perfecta para Yeray y la esposa invisible que mantenía su mansión en orden. Pero bastó que Estrella, la actriz que lo abandonó años atrás, chasqueara los dedos para que ellos me borraran del mapa. Me humillaron en público, me despreciaron en mi propia casa y me hicieron sentir que mis cinco años de amor no valían nada. Incluso cuando Estrella me empujó por las escaleras, Leandro solo tuvo ojos para ella. Harta de ser el sacrificio, les dejé los papeles firmados y me marché sin mirar atrás. Años después, cuando me convertí en una autora famosa y feliz, Leandro vino a suplicar perdón de rodillas. Fue entonces cuando descubrió la verdad que lo destrozaría: nuestro matrimonio nunca fue legal y yo ya no le pertenecía.

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