"Lo quiero" fue el primer pensamiento que llegó a la cabeza del niñete rico Seok Jin al conocer por primera vez al dueño del Café "Blackholic bar-café" en un club gay.
–¿Woah Subae-nim en serio tu pintaste el mural?– la chica parecía querer saltar de la emoción al poder tener al tan rumoreado rey de la facultad de Artes Seok Jin.Jin por su parte conciente del furor que causaba en aquella chica la tomó por el hombro y acercándose a su oído susurró: "Si, me pone muy feliz que chicas tan bonitas como tú admiren mi trabajo" el rostro de la pequeña novata del segundo año en arquitectura se tornó color tómate y sin darle la oportunidad de hablar nuevamente saco una servilleta de su bolso y se la dió.
–Creo que se te ha salido algo de saliva– comentó casi a gritos atrayendo la mirada de algunos, y justo en ese momento el rostro que en algún momento lo observó con admiración ahora estaba con una expresión de vergüenza y enojo.–Bastardo– murmuró para si misma.Lo que tenía de guapo lo tenía de insensible–Ah ¿Que? ¿pero ahora que hice?– la chica iba paso de trote sin la mínima intención de mirar atrás. –¡Lo siento!– gritó aún sin saber que había hecho enojar a esa pequeña hobae.No lo odien, en realidad es un buen chico... solo tuvo la desgracia de nacer con una cuchara de oro en la boca y recibir todo, absolutamente todo lo que quería en cuestión de minutos pero démosle tiempo, a penas está en sus veintiún años, quizá con algo de tiempo podría cambiar.Kook se aproximó por la espalda dándole un fuerte golpe en la cabeza. –Aigooo, no superas dos minutos con una chica sin contener tu resbaladiza lengua, debes ser más prudente amigo mío– rasco su nunca avergonzado al caer en cuenta de su error. –¿Y sabes que es lo peor? que dices las cosas sin medir tus palabras, ¿y sabes que es mucho peor? que no te das cuenta de que la haz cagado hasta que alguien te lo dice? Hermano mío, lamento decírtelo pero... vas a morir soltero– por un momento pensó que podría ser cierto, realmente a pesar de ser tan guapo y popular siempre eran las chicas quienes terminaban con el.Pero recordó que justo hoy estaría cumpliendo 5 meses con Jinnah, esa chica si que le gustaba... tenía una cena sorpresa preparada pero primero debía ir a por ella. –¡Callate imbécil, si no recuerdas mi novia es un belleza de medicina– dijo orgulloso inflando su pecho.
–Yo también tengo a un bello chico y tiene labios más carnosos que esa novia tuya– no lo iba negar, quizá si Kook no se hubiese adelantado habría intentado algo con Jiminnie pero sin duda creía ciegamente en que Jinnah era la más hermosa ante sus ojos. –Bueno, te ayude en lo que pude... he dejado las latas de pintura en el almacén, ahora debo ir por Jimin, hoy le tocó concierto en la ópera– Jin torció los ojos demostrando su desinterés.–Ya vas de presumido, mejor vete– finalizó y el pelinegro se fue tomando la ruta de bicicletas.Jin termino de guardar el resto de utensilios y luego de unos largos minutos finalmente pudo ir hasta el estacionamiento, cuando ya había encendido su deportivo arrancó y tomó su celular. –Susan, llama a mi princesita– creo que sí Susan no fuese un robot habría vomitado de lo horrible que sonó eso. La voz semi-robótica de la asistente que alguna vez se llamó Siri inmediatamente respondió: "Llamando a mi princesita" sin repuesta. –Susan, vuelve a llamar a mi princesita– Susan nuevamente respondió: "Llamando a mi princesita" aún sin respuesta, nuevamente y de nuevo y así hasta resignarse en la quinta llamada ¿estará ocupada? se preguntó. –Susan, graba mi mensaje de voz y envíaselo a mi princesita– Susan respondió: "Comenzando grabación de voz, por favor hable luego del pitido" pip. –Hola preciosa, te llamaba para saber dónde estabas e ir por ti pero supongo estás algo ocupada, así que estaré esperándote fuera del consultorio de tu padre– Susan: "En tres segundo terminaré la grabación de voz y se enviará a mi princesita" ... "Mensaje de voz enviado a mi princesita" Jin saco tres tiktaks del dispensador que hace unos días compró en línea, era muy efectivo. –Gracias por tus servicios, Susan– Susan respondió: "Para eso fuí diseñada, di Susan cuando me vuelvas a necesitar" el recorrido al consultorio no era muy largo, en solo 20min ya estaba ahí, cuando bajo de su deportivo se dió cuenta de lo bien que conocía a Jinnah pues tal como lo dijo fué, estaba sentada sobre el mesón de la recepción... y unos brazos rodeaban su cintura y luego... y luego la decepción lo invadió por completo, su corazón latió desenfrenado y luego el ramo de tulipanes cayó al suelo. Quería ir hacia allá y reclamarle el porqué pero... quizá fue su culpa, quizá otra vez lo hizo... la había espantado por eso no respondía y... y su vista se nubló, carajo, si su padre lo viese llorando gritaría infinidad de estupideces, al final quizá Kook si tenía razón.
Otros libros de Julie Madness
Ver más