Recuperando un Diamante Perdido
lo llevarÃa a las Highland escocesas. Este lo llevarÃa más rápido que si se fuera a caballo, aunque en toda Inglaterra era
saber el motivo que llevarÃa al Duque de Wellington a su casa esa misma tarde, la sumió en una profunda y total incertidumbre. Su mente se vio envuelta de crueles recuerdos sobre un feliz pasado que, hasta ese momento, ella mantenÃa enterrados en el fo
robó a ella su primer beso de amor. SÃ, él le habÃa robado su primer beso a Giorgiana. ¡Y vaya que le costó el atrevimiento de besarle y asà comenzar a conquistarla! Y todo se debÃa a que ella no creÃa que un noble tan poderoso como él pudiese enamorarse de una plebeya como ella; y por
r; dÃa en él que le demostró a ella lo poc
o año
traba por Giorgiana. Ni para la familia de él ni para la de ella, pasaban desapercibidas las múltiples atenciones que él tenÃa hacia ella, demostrándoselas a través de innumerables cartas y costosos regalos, los cuales Gigi devolvÃa si
Gigi le envió una carta a
familia, yo no poseo ningún tipo de riqueza. Mis únicos dos tesoros los tengo reservados para el hombre que llegue a ser mi esposo; y estos tesoros son mi virtud y mi pureza. Por lo tanto, espero que comprenda que no puedo convertirme en su amante, aunque mi corazón reclame el suyo como propio.
a: Giorgian
su esposa y en la única mujer a la que le entregarÃa su amor y fidelidad. Por tal motivo, y con previo consentimiento de los señ
enviaste ─le dijo el Duque
ntenciones que tiene hacia mÃ, Milord ─le dijo Gigi -No es
ue, si mis intenciones fuesen hacerte mi amante, tu negativa es más que evide
llá de eso serÃa imposible, usted es un aristócrata muy
a mi esposa, para que sea la madre de
a ─¿Adler, esto significa que quieres casarte conmigo?
rtirme en tu esposo y, de esta forma, tener junto a ti esa hermosa familia que ambos deseamos ─ diciendo esto, él se arrodilló frent
i fijamente a lo
de hoy prometo amar, cuidar y proteger, hasta exhalar el último aliento de mi vida. Es por eso, que te pregunto Giorgiana, amor de mi vida: ¿me concedes
frecerte, ni siquiera tengo una valiosa dote ─le su
subiéndole el me
nto a ti. En cuanto a la dote, no hay mejor dote que tú misma, ya que tu valor supera con creces al de
y conmovida por sus palabras─ Adler, tras colocar el anillo a su ahora prometida, la
ual
arte a los ojos, debido a la gran pena y la profunda vergüenza que siento. ¿Podrás ll
nds, E
que de nuevo sangren las heridas que aún no cicatrizan en mi corazón? ─susurró Gigi, mientras veÃa el
, pensando que era una de sus hermanas o sus padres.
uà el Duque
z, nada ni nadie me alejara de ti ─dijo
Cuando ella se giró, ambas miradas automáticamente se conectaron y poco a poco, tanto los ojos de ella como los de él, se fueron cristalizando no sólo debido a las lágrimas contenidas, sino también a tantos sentimientos encontrados en ambos corazones, marcando asà este reencuentro, con hiel y miel.