Perdido en tus curvas

la empresa del señor Tomás y Alex, que la verdad, si eran muy buenos, pero al

más, pero jamás lo había visto ser tan empalagoso. Finalmente, levanté la vista, prestándole toda mi a

ue se tratara de una pesadilla de esas en la que aparecía desnuda y

mi ropa tal c

tento de mí. Voltee de nuevo la vista, rá

— Volví a volcar toda mi atención en mi abuelo, que seguía hablando. — H

ue todos esperábamos que sucediera próximamente, puesto que, ya estaba bastante mayor, era hora de que

mpresa, puesto que yo era su heredera y aprendiz, era obvio que yo tenía que tomar el puesto, y también significaba q

más animada con la idea de que esto fuer

se veían algo preocupados, noté que evitaba mirarme. Sin embargo, me preparé para escuchar mi nombre. —

que estos síntomas no eran producidos por la resaca que traía. ¿Escuché bien? ¿Nombró a Alex Grand cómo el nuevo CEO y no

esperara mi reacción, quizás pensando q

nadie, no me moví, escuchaba los murmuros de los socios, como cuchicheaban, seguramente hablando de

eaccionar y salir de mi ensimismamiento, voltee y Alex estaba de pie

ia estampada en las baldosas, intentando de recuperar el aliento, ¿Cómo

fondo y recuperar la atención de todos los presentes. — Obviamente,

piro, levantando nuevamente la vista,

en su asiento, me miraba fijamente, atento a cada uno de mis movimientos, como

as palabras eran para mí. Luego volvió a hablar hacia el público presente. — Hasta que mi nieta, Ava, contraiga matrimonio y

a de la sorpresa, vi a mi abuelo detallar de reojo mis manos

matrimonio? ¿Será en poco tiempo? ¿Mi abuelo habla de un matrimonio con Mike? Per

manos de dónde las tenía escondidas y me di una palmada en la frente, ¡¿Por qué no le dije la verdad a mi

a?. — Escuché la voz ronca de

ediato, abriendo mis ojos, sinti

s presentes comenzaron a mirarme atent

Yo… — Comenc

numerables cantidades de juntas, lo que me había hecho perder mi timidez delante de todos estos ho

a mi abuelo, hablándome en un t

iendo y conteniendo el nudo que se

la compostura. — Entonces, mientras los planes de matrimonio se concretan, podemos aprovechar al má

ía en la cabeza de la empresa por unos días más, finiquitando los últimos proyectos que él dirigía,

decía y al mismo tiempo, mi mente trabajaba a mil p

noche anterior, sin embargo, ya no me encontraba con una sensual sonrisa, sino con un entrecejo ceñudo y