El CEO INDOMABLE
nco años, se dedicó a viajar y recorrer el mundo, con sus diversas inversiones comercial
a que su hermano mayor CEO de la Transnacional Evans & Associates, Rob
do por su hermano. Al llegar al aeropuerto fue recibido por uno de los choferes de la mansi
él lamentándose al observar a su he
alta, dejando que sus lágrimas corrieran por
blarle al oído, convencido de que este le podía escuchar. Luego,
us, ocupaban cargos directivos. Ellas, toda la vida lo han considerado un rebelde e indómito, de ar
s hermanas. Siempre estuvo en disputa porque ellas hasta ahora han preten
ses des
su hermano caminó preocupado hacia la salida. Sus dos hermanas mayores pretenden que él formalice
llamar a su amigo John, a
hablar contigo -solicitó él, con ci
al femenino que contrataron ¡ja, ja, ja! ¿Si quieres, te vienes de una vez? Aquí te esp
ta velocidad violando en algunos casos, los límites de velocidad permi
var el Maserati de su amigo John, ahí estacionado.
dose y abrazando a su amigo sen
vemos, te tiene totalmente ocupado, la dirección
esta, al mismo nivel que la mantenía Robert. Sin embargo, hay algo que me está mort
tó su amigo, con
os accionistas, incluidas mis hermanas, me solicitaron qu
terrogó su amig
sea...! Que no me voy a ir, ni abandonaré el cargo. Por lo visto, ¡dudan de m
CEO te has dedicado en cuerpo y alma a la empresa, a multiplicar las ganancias de todos.
ble y lacio cabello rubio, que lo hace ver aún más joven de lo que
hombre muy atractivo, guapo, alto, atlético, blanco y de un par de ojos
o- ¡Esa posición del Consejo Directivo es una arbitrariedad! El hecho de
e quisieran imponer algo y mucho más, si se trataba de elegir la mujer que será
le sigues la corriente, di que andas en eso, no obstante, deja bien clar
rriente. Veremos ¿quién se sale con la suya? -Afirmó él, pensando seriamente e
do hasta con los ojos, añadiendo- ¡soy de todas y de ninguna en e
que te acompañó en oriente, hace unos meses atrás? -Pre
o no va conmigo -respondió él sonriendo, abriendo
etuamente. Por eso, no me visualizo en un comprom
gue la propia. La mujer ante quien serás sumiso y obediente, con la cual quer
! -Aseg
ajada- ¡Ja, ja, ja! -Él, se hizo la señal de la cruz, en su cuerpo como protecci
también- ¿Qué te parece si nos vemos hoy en el Talave
riendo y aceptando la invitación- Además, tengo ganas de una buena e
to, se despidieron y cada uno arrancó en
etros del
tá aquí, que es de vida o muerte -expresó ella, con angustia y temor al entr
vantó de su silla y tras un breve toque a la puerta del consultorio, entró al
, quien se levantó de la silla y se ac
la medida que ha ido pasando el tiempo, conociendo la situación económica de ellas, ha tratado de ayud
falta más el oxígeno. Además, se terminó la medicina que
ucionaremos es
e! Necesito más medicina,
que debes mantenerte firme y valiente por tu mamá -manifestó el galeno, pasando sus
eor el dolor. Debes ser más fuerte, para que no te vea así ¡Espera aquí! -Expresó
, se despidió y salió corriendo. Debido a que su amiga, quien le prestó s
usto en ese momento, Donald conduciendo su Ferrari por la Avenida Independencia fue sorp
atap