¡No seré tu sumisa!
Fern
al en el que ella me convirtió. Conocí a Astrid en un viaje de negocios, me enamoré de ella y me convertí en su objeto de placer, hasta ese maldito día que me dijo que no me amaba, que yo era un juguete para satisfacerse,
once sumisas y con la que más me gusta di
al ver sus grandes glúteos moreno
ongo de pie saliendo de
nte hay un
ar y que me embarga por completo, pe
juegos. Cuando estoy ahí me siento el hombre más poderoso del mundo, me siento i
ntes que cubren tu cuer
ro entender como jamás logro saciarme con nada, es como si fuera un per
rnando, dulce que suelo ser siempre, sabe que aquí soy el puto amo que domara su
as, mi Berkeley Horse, una máquina donde su cuello al igual que su rostro queda expuesto para
xpuesto para mí, pero mi lujuria me gr
de multi cola, para no dejar una marca en ella tan fuerte, aunque
da al sentir mis movimientos. Su respiración entrecortada porque sabe lo que viene
mplacido y me pongo delante de ella. La veo relamer sus labios porque está cerca de mi pene. Sé que le g
n su boca. Ella comienza a abrir sus labios, y yo a
todo mi largo pene en su boca y com
ele, sé que siente que está ahogada, y eso le gu
ser ahogada. Sus ojos me mira
ua, pero jamás he besado los pliegues de una mujer, no
equeña vagina. Está tan húmeda que
lica con las pie
uave como un rayo silencioso que no le
de nueve máquinas importadas, grandes y muchas pequeñas que he perdido la cuenta. Lo sé, est
La vagina de Reana está tan expuesta que no hay nada que no pueda ver
rador. Ella abre los ojos de par en par, quiere
en su clítoris y
rse con intensidad, su mirada me suplica que
asmo recorrer su cuerpo y yo m
encanta complacer a mis sumisas, me llena torturarlas y darle el mayor placer, y el mayor
me importa si está exhausta, el monstruo que llevo dentro no lo está, y estoy seguro de que no lo estará h
.
nto que tengo en mi mano. Este sentimiento de soledad despu
partamento, para luego limpiar una lá
o hoy? -pregunta Rean
esas sus preguntas, pero
digo con cariño-. Trato de estar alejadas
soy dulce fuera de mi cuarto
vuelvo a tomar
sol que entra por mi ve
en la casa de modas de Amber! -
la figura de Demetrio Laureti está s
so del temor que me genera saber que
llegaste? -le pr
sonas creadas en el mundo que pueden matarme y a los que yo n
lo si
undo, importara más que las mujeres -intento protestar, pero sus ojos fríos me indican que no debo hacerlo-. Te qu
mi padre me dé una empresa. Estoy cansado de ser un títere. Soy el único de
molesto- ¿Cuándo me vas a tomar en cuenta para los negocios familiares? -digo
iscuo, que solo estás dispuesto a llevarte a c
que tiene la razón, estoy cansado de esta
.
a que se le había asignado. Sus cabellos claros se movían al co
la maldad, sus rasgos duros y perfeccionados, o simplement
as indicaciones que le había dejado F
retrasado -exclamó subiendo el ascensor, debajo de las miradas de las per
guida en la cabecera de la mesa sin dejar de ver los
evo de la empresa? -Fe
nseguida prendió su cuer
guntó él con una sonrisa q
tarde a su primer día de trab
ujer mirarlo con intensidad, sus labios r
rte explicaciones -
para que se ría en mi cara? -preguntó e
r que sobresalía de la camisa. Eran
tan chistoso que una mujer
eto, está usted suspendido de sus labores, soy
preguntó Fernando e
gerente
que estaban tiesos como es
s Fernando Laureti y soy