Compañeros del alma
cia de lo sobrenatural, pero allí estaba ella una vez más, entrando en la mansión llena de vampiros, conocida como la realeza de la especie, desp
orir. A ella le gustaba vivir. Quería vivir para siempre, pero esa parte también se había destruido con la marcha de Arvin hacía seis meses. Su amor se había convertido en odio, y la única razón por la que no había dicho que no era porque aún tenía
llena de vampiros, Beatrice contuvo un suspir
pedía correr o al menos conseguir algo de espacio
e de la realeza, se sorprendió al ver que parecían más jóvenes
qué alguien sería tan inocente como para irrumpir en aquel lugar lleno de vampiros para intentar matar a uno de ellos era un misterio para
tener una distancia soportable con Arvin, soltándose de él discretamente, sint
ción, pero de repente tuvo una sensación extraña, y la humana estaba más preocupada por la mirada que sentía de alguien sobre ella. Uno de lo
y al mismo tiempo demostrando que no le importaba su presencia y la de los vampiros que la habían arrastrado a aquella situación. Era como si no fueran dignos de su atención... al menos los vampiros no l
us preguntas. Intentó en la medida de lo posible no mostrar su fastidio, sobre todo con las interrupciones innecesarias d
sterioso vampiro seguía mirándola, vigilándola. Era un pensamiento extraño en aquel lugar, con aquellos seres sob
acia los vampiros que estaban a su lado y conseguir finalmente marcharse. No pudo ver la reacción
ien. Habría estado mucho mejor si no la hubieran arrastrado a un lugar lleno de vampiros poderosos que podrían m
rla como a una mascota. La deseaba. La quería para él. Le gustaba. Y fue con esas deliciosas imágenes con las que Beatrice soportó aquel viaje de vuelta, lo más tranquila posible, sin un impu
trice suspiró, aliviada, y bajó lo más rápido q
palda, pero vio que Arvin se acercaba y tuvo que detenerlo
ar, respetando al menos la dista
ver contigo ni con tu familia. Sólo quiero
uesta a preparar una cena especial, como disculpa a su padre, después de haber tenido que desaparecer con
sabía que habría sido incapaz de negarle ayuda a a
ia vampírica había vuelto a la ciudad y todos los ojos estaban puestos en ella y en Arvin, todos cur