Compañeros del alma
o de espinas y el corazón encadenado, apretándose cada vez más
caer sobre la alfombra del salón, sintiendo el peor dolor desde que todo aquello había empezado. Casi se arrepintió de no haber aceptado la invitac
cambio, se dio cuenta de que ya había amanecido. Mentalmente dio las gracias a la hechicera que
a y, finalmente, Damian consiguió incorporarse, respirando hondo y dejan
r tu situación. - murmuró para sí, consiguiendo ponerse
a poner en práctica sus planes de conocerl
en su mente ya empezaban a surgir ideas de cómo alejarlos de Beatrice. Tanto si estaba con el
.
bre ella, atentas a sus movimientos. Aquellas reacciones le hicieron pensar que Arvin había compartido su pequeña mentira sobre Damian, lo que la condujo a las posibilidades que podía ofre
ndría que preocuparse por un vampiro y su salud, pero a
ntes que los vampiros, evitando preguntas sobre el vampiro que había estado con ella el día anterior. Mientras conducí
do cuando los ojos del vampiro por fin la reconocieron. Damian también sonrió, parecía ansioso m
- Dijo Beatrice
- preguntó Damian, también sonriente
e te he encontrado..
mos que
el renovado interés de Beatrice en él.
trar? Es extraño h
r y dirigirse a la puerta del copiloto, subiendo
an con él por la ciudad y si al vampiro le parecía bien la situación, pero al encararse con Damian se di
público contigo. - Comentó Dam
mpoco me importa, pero no
ice. Estoy des
seguridad que le daba Damian, y aceptó su mano. El calor de sus cuerpos pareció llenarlos, y ambos contuvieron el suspiro que quería escapárseles. El vampiro
s. - dijo Beatrice,
la gente que pasaba, que los miraba a ambos con curiosidad
o atrás. Trabajaba en el campo, lo que le proporcionó algunos músculos extra que permanecieron en su forma vampírica, así como el bronce
Beatrice, mientras Damian permanecía en silencio, reflexionando sobre l
girando su cuerpo hacia la humana, dejando que le mirase a los ojos, de la misma forma que él hacía con ella, aunque
or q
erte. Para mí es importante que, a pesar de todo lo que está p
ce disparó entonces preguntas sobre su vida con los Ventrue y el vampiro le contó cómo era la vida en Austria, desde la compañ