Mi Mate Imposible - El legado de Clyde McCallum
ire de octubre pronto le hizo sentir frío de inmediato. Entonces abrió los oj
mediato para correr hacia el balcón también, el pl
presión, pero pudo ver con claridad cómo su amado corrí
..? -la frase quedó truncad
ar desde tan alto y luego correr como si
Megan r
eses a
n a los cinco hombres que la rodeaban. Todos tenían los rostros libidinos
estaba tirado boca abajo con un brazo retorcido debajo de s
os desesperados de ella, sin dudarlo un segundo se lanzó hacia ellos tratando de defend
dado un soberbio golpe con un tubo grueso en el brazo, ella escuchó el crujir de los huesos al partirse al mismo tiem
u nariz haciendo que arrugara la cara, el hombre al notarlo, soltó una risa
adas, deleitándose con las palabras del ll
ir balbuceando, pero la risotada de
que se había puesto esa tarde para salir con sus amigas. Todo había ido de perlas hasta que ellas dec
gró medio articular de
ñado- Mis amigos y yo sólo queremos darte una noche de ternura y..
suficientemente cerca para ayudarla yacía inconsciente, o muerto,
milagro, de veras. Te prometo ser una buena
sado salvador. Rob, al ver hacia donde d
eo que pueda ayudarte -dijo mientras extendía una de sus grandes manos y la tomaba por la
asco y terror, recorrió t
malvado Rob rió
te inunde de placer, bonitica -dijo con lo
irada de desespero hacia el joven inconsciente, esperando un milagro. Por un momento pensó que se
sespero, le dió un golpe al hombre en su desagradable rostro, una mezcla de cache
billa, el golpe había sido imponente considerando que era una chica de apena
había golpeado como si se tratara de un hombre. Megan cayó hacia atrás mientras el resto de la
esa zona del parque, unas lágrimas de rebeldía y dolor acudieron
cia. Era muy difícil que ella pudiera hacer algo contra un sujeto que casi medía los dos met
grito de sorpresa. Ella trató de voltear, pero el sujeto se había baj
curando detener a un hombre. Rob comenzó a lamer su rostro de m
de nuevo en sus mente co
piéndolo como si fuera una suave gasa, dejando expuestos los h
os femeninos, de pronto se sintió libre del peso opresor del hombre que se había echado enc
orque la escena que tenía delante de sus ojos era una escena dantesca que pasaba a gran velocidad, al menos el celaje que se veía golpean
el cúmulo de emociones y el terrible
musculosos y tibios que la levantaban suavement
ias -era todo lo
resonar- Ahora estás a salvo -fue lo último que escuchó an