Noche purpura
ijo Meri, quien se movía ágilmen
s se sentaba en la única silla de color
¿qué desea esta mañana, señorita? Le puedo traer un libro, puedo poner
un par de hojas en el
itación en dirección al estudio, y en poco
habitación, Len revisó las hojas cuidadosamente- también le
hofer ya la estaba esperando. El camino a la universidad fue silencioso, ella pensaba en su siguiente pas
ñorita –anunc
sta que te avise –dijo Le
, señorita –d
idió no comentar nada. Al llegar el momento de salida, Len esperó un momento a que Lucas se detuviera en e
dijo Len con
a ¿ya te vas? –
o más tarde, así que pensé en dar un p
ó ampliament
árboles verdes que se cubrían de flores que buscaban la luz del sol. El viento soplaba suavemente, una brisa cál
nsciente, ambos chicos
arme en el hockey de mesa, estás equ
plan y pasaré al siguiente –re
una sonrisa
n ambos chicos y al percatars
primero –
e la oreja- hoy en el receso, parecías es
ioteca, unos sujetos te fueron a
ó- ¿qué pas
taron a
rió Len- estás hac
mis amigos, solo querían pr
–cuestionó Len mient
entarme en tu mes
n seco y observó
aste conmigo, yo me había sentado en tu mesa y fue eso lo que u
tienen los estudiantes, era algo irr
que destacan por su nivel académico y económico, al ser las personas más respetadas incluso por los profesores, se les otorga un espacio privado en cualquier lugar que vayan. No es necesaria una
es necesario que te aprendas todo eso, cuando solo te
llamar la atención de todos a mi al
¿también te contaron eso? E
ces es
justo al lado de un árbol y se sentó, luego dio unas palmadas en e
ar en la banca
de mí. No importaba el lugar al que fuera, todos se alejaban de mí y me observaban en silencio desde sus lugares, la situación fue tan incómoda que la azotea se volvió mi lugar seguro. –Len acomodó su cabello que había sido desarreglado por el viento- Un día, yo estaba en la azotea cuando escuché muchas voces viniendo de abajo, después escuché a alguien llorar muy cerca de mí y cuando me asomé desde detrás de uno de los tanques de agua, vi a una chic
rse de la azotea ¿cie
ía arrepentido de su elección, fue de hecho, una gran coincidencia y t
equeña risa- ¿qué
ue quien me explicó lo que pasaba. Todo empezó con rumores sobre mi familia y la clase alta, luego se e
ca en el momento ju
o para mí a cualquier lugar en la universidad al que voy, y
, siempre está
ra alardear –Len levantó los hombros- así que no pierdo tiempo invitando a alguien a mi me
de las manos de Len- tú de verdad me agrada
na pequeña r
nemiga o algo? –cuestionó Lucas- los sujetos que
la otra deidad d
lvó la vida
anto vuelva de su viaje, seguro vendrá por ti, eres complet
uestionó Lucas
tivo, exótico y te agrad
pelearían por mí –puso las manos en su pecho e hizo
an...-Len fue interrumpid
le –dijo el hombre de traje que se
aminó unos metros lejos de la banca y mientras obser
cubo y creo que, es mejor que la revis
–dijo Len y volvió a la banca- lo
bien? –cue
á. Supongo que
r mañana a este lu
pero podemos hacer algo el fin de semana ¿está b
có a ella- está bien –dijo acomodan
n, a
a. Él observó como un sujeto de traje le abría la puert
de vidrio que hacía que se viera plateado, a diferencia del edificio perla, este lugar no tenía ventanas, simplemente tenía unos agujeros rectangulares en lo más alto de las paredes y esto
o de los hombres de traje con un
erísticos, saludó a todos los presentes con una sonrisa ama
detenerse frente a dos hombres de traj
abemos que debimos estar pendientes, pero, en realidad, tampoco sabemos cómo lo logró. Perdone nuestra incompetenci
profundo- lev
o el sujeto de traje m
rofundo y dime qu
se fugó. Ya revisamos las cámaras de seguridad, de alguna forma logró llegar a la salida de e
lencio un momento- ¿l
izo una señal al segundo para que a
el lugar, notó en el medio una luz roja encendida que se conectaba a var
os. De cualquier forma, no podemos arriesgarnos a que alguien
n los hombres de tra
dos y les dio un vistazo a las cámaras de seguridad. Cuando cayó el atardec
oches –sa
stuvo su día? –cuestionó chofer
limitó a contestar
ntó Meri acercándose
nó Len y luego se giró a su cho
ita –conte
na vez lista, bajó al comedor donde su chofer ya estaba sentado con la gorra reposand
con una suave sonri
itaba a observar
Por favor, com
zó a comer y minutos después, se de
a razón de mi in
ofer a
, pero si insistes –Len limpió delicadamente las comisuras de su
acerca
s al aire libre y también me lo encontré en la biblioteca, y aunque eso n
ué hablaron con sinceri
las deidades d
ue tuvo esa
liotecas de los lugares donde estudiaba, así que decidí ir a la
e sientan con usted –dijo el chofer buscando en su memoria
a biblioteca en esos días, por si existía una posibilidad, pero no esperaba que el mesero trabajara como relojito
uedó muy bien, señor
hasta donde quiero, necesito acercar
a al mesero a ese lugar, tal vez puede funcionar. Ese tipo de lugares se pueden pr
ía habrá –c
asintió e