La amante de mi jefe
evera y tomó mi mano. Estábamos a punto de subir a su auto, pero me solté. No
debías venir caminando -comentó. Quizás debí aceptar su oferta desde el
ay vuelta atrás. Debería seguir su camino; además, se está mojando por mi culpa -respondí. Aunque él
eres? -Sí, estaba molesto. No tenía otra opción; aunque estuviéramos fuera de la compañía, seguía
erta. Luego, colocó el paraguas en la parte trasera. Me abracé a mí misma, temblando de frío; era realmente espantoso. M
frío. Solo lo observé, sin decir nada. Ni siquiera un "gracias" salió de mi boca. Él arrancó el auto, pe
irección -pregunté. No obtuve respuesta; simplem
untas. Además, su semblante denotaba molestia, y no me
; el abuelo la cuidaba en casa desde que le dieron de alta. Necesitaba enviarles dinero pronto, ya que no trabajaban y
dormida sin darme cuenta. Estaba a
mis abuelos: risas, abrazos, lindas palabras. Muchas
en el mismo sueño, pero al abrir los ojos, me encontré en los brazos
quedó en silencio otra vez, ni siquiera me miró. Pude ver su rostro más de cerca;
un apartamento lujoso. No quería imaginar cómo sería por dentro, pero def
Luego ingresó una contraseña, y entramos. El interior era tan lujoso como lo imaginaba, algo a lo que no
en shock. ¿Cómo se le ocurría hacer tal cosa tenie
por completo la camisa, dejando al descubierto su bien trabajado
cerlo delante de su asistente. Además, no comprendía por qué, en lugar de llevarme a mi apartamento, me trajo
molestias -añadí. Por suerte, solo se quedó con sus pantalones y no se desvistió por c
bajo. De todas formas, es mi culpa que salieras a esta hora. Puedes tomar una ducha, llevaré la comida al microondas. Además, no pud
é. Él estaba en la cocina colocando la comida en
tamento y cambiarte adecuadamente -respondió. Tenía una respuesta para todo. Dejó lo que estaba haciend
n la toalla y luego me puse su camisón. Me quedaba grande, era obvio, pero lo incómodo era que no te
siguiente. Después de eso, salí de la habitación. Era extraño estar en el apa
ado en el sofá. Por Dios, seguía sin c
ón para ducharse. En verdad, quería salir de ese lugar. No quería parecer torpe teniéndolo tan cerca, in
porque me quedé tarde con él en la oficina. No debía tener otros pensamientos hacia él que
enté en el sofá esperando a que saliera. Estaba inquieta. Obviamente, no pens
dormir. ¿Por qué demonios le costaba ponerse una camisa? Estaba delante de una mujer e
e quedé atónita al escuchar esas palabras. ¿Quería q
parecía sereno, como si no fuera gran cosa o estuviera acostumbrado a traer mujeres a este apartamento y dor
o eres mi tipo -sus palabras se clavaron en mi pecho. Lo dijo de una manera fría e indiferente que casi me hizo llorar. No era su tipo, y solo era su asistente. Era bueno saberlo, así dejaba de actuar como to
te, y este tipo de cosas, como venir a su apartamento y usar su ropa, no es correcto. Ante otros ojos, se vería mal y se podrían crear malos entendidos -señalé. Tenía que establecer claramente mi posición s
ama. Así que simplemente me dio la espalda y se adentró a su habitación. Si estaba molesto, no era
nera? Es mi jefe; cualquier error podría costarme el empleo. Ahora estoy preocupada. Debo controla
mi cuerpo. De todas maneras, no quería estar en este lugar. Qué hombre tan frío, malhum
Walton se fue a su habitación enojado. Lo pude sentir, aunque no me h