La amante de mi jefe
lienta, sintiendo mi cuerpo adolorido, a
, estábamos tapados con la manta y muy acurrucados. Mis ojos se abrieron al darme cuenta de la situación con mi jefe, p
odía apreciar sus pestañas largas y sus cejas gruesas. Nuestras caras estaban muy ce
, tocándolo suavemente. No tenía barba, lo que lo hacía ver pe
dormía, aferrado a mí como un niño
tras yo dormía. Se suponía que estaba enojado por lo que
cativos labios. Me sentía afortunada de ser su asistente personal y poder est
r Walton abrió los ojos. No quería pensar que estuvo
rdían por lo sonrojada que estaba. No sabía cómo explic
incómodo silencio entre nosotros. El señor Walton solo me mi
habló con una voz ronca. No podía distinguir si es
ía qué decir, además, no era mi culpa. Yo no le p
ú..
ama. -Por fin pude hablar, pero traté de evadir el tema. Sin
s, no podía dejar que durmieras en el sofá; estaba haciendo mucho frío. -Explicó. Sentí que mi respiraci
o fue mi intención. Sobre lo que acaba de pasar, no... lo pude evitar. Me disculpo nue
do una ceja-eso quiere decir que te atr
pregunta? No me atrae; me gusta. Estoy enamorada. Es el hombre que amo como tonta. En verdad, estoy demente. Me enamoré
almado, pero jamás me esper
domen. ¿Qué es esta sensación? ¿Es lo que creo que es? Miré dentro de las cobijas y era..."la co
o se estaba sintiendo extraño, y mis mejillas estaban rojas. Él me tenía atrapada en sus brazo
ió. Yo cerré mis ojos haciendo una mueca extraña. Es que, en ve
así con usted -añadí, abriendo nuevamente mis ojos. Él me estaba
do. Además, fuera de la oficina, puedes llamarm
decirle señor Walton. Además, ¿qué quiso decir o q
no puedo tener este tipo de confianza con usted -hablé sonando severa, a
l ceño. Lo último que quería era que se molestara. C
Eduard -me d
enté la unión de sus labios con los míos de una manera bastante feroz. Me sorprendí mucho ante su acción. Comenzó a besarme inten
os temblaron y se pusieron sensibles a los suyos. Terminé cediendo a
o a otro, él me besa de la nada. Solo lo conocí el día anterior y se convirt
encima de mí, estábamos dentro de las cobijas, y pude sentir algo. Su mano estaba subiendo el camisón
tan rápidamente. ¿Qué pensará de
de encima y levantarme de la cama de manera rápida. Él se quedó
ambién se levantó de la cama y se puso en frente de mí, tomando mi
dije que no eres mi tipo -recalcó nuevamente-. Toma tu
rme. Primero dice que no soy su tipo, luego me besa, y después lo vuelve a
a secado la noche anterior y me la coloqué en el baño. Él había salido de la habitación m
ndo con alguien por teléfono. Salí del apartamento sin despedirme para no interrumpir. Me sentí estúpida. Apenas me conozc