El Juego Perverso De Julián Cazares
morena mientras enrollaba su figura desnuda en las finas sabanas d
upuesto, este le pertenecía al soltero más codiciado de la ciudad, Julián Cazares, el diputado más jus
emenino, no solo por su atractivo, según ellas, sino por su bondad, aunque realmente su campaña electoral
o soborno, maletines llenos con varios miles de dólares para conseguir contratos jugosos con el gobierno de la ciudad, aunque por supuesto, Julián aprovechaba esos event
a cabo por causa de un par de muertes debido a una negligencia de su equipo de ingenieros; por supuesto Julián no había rechazado su pequeña donación, aunque no sin antes disfrutar del increíble cuerpo de la mujer que le había dedicado
l ventanal de la sala de estar, mientras acomodaba su corbata en su lugar para ir a trabajar, los rayos del sol aparecerían sob
hacia ella con una expresión sería para después tomar la chaqueta de su traje azul marino. La mujer, un tanto desconcertada
nque probablemente no lo era. Creyendo que tal vez podría convencer a Julián
aquellas palabras, las mujeres siempre le habían parecido ingenuas y tontas por creer q
s 29 años de edad, las facciones de su rostro eran hermosas y su cuerpo, el cual ya había pasado por una sala de quirófano tenía curvas bastante pronunciadas que habían ll
n ti, pero ahora no, así que tapate y vístete, en un par de ho
bre su muñeca, para verificar el tiempo que tenía para trasladarse a su ofi
er de herirlo, era cierto que había rumores sobre Julián, sobre el cómo utilizaba a las mujeres y siempre obtenía lo que querí
nte seas un hombre-expreso aquella chica mientras subía los peldaños para
onrisa perversa-no eres más que una zorra, por esa razón, para mí
no tocara su pecho desnudo- el día que menos lo esperes, una mujer aparecerá en tu
e uno de tus juguetes-le reve
el corazón estaba dos metros bajo tierra y a menos de que un milagro se la devolviera, no había forma de que su corazón volviera
abía sido para él. Se había dado cuenta de que el amor no era más que una debilidad, sobre
ulsiva, le hizo entender a Julián que tal y como lo había pensado, esa mujer era como todas las zorras que habían caído en sus redes, despreciable e hipócrita, pero
aer en tentación de nuevo, los masajeo suavemente y le azoto una buena nalgada. La piel de la chica se e
completamente depilado, era tan suave y delicado. Cuando la mujer lo sintió tentando c
anhelaba y su mirada le suplicaba que la tomara y Julián no lo dudo ni un instante, deseaba poseerla, penetrar
era lo más importante y n
us hombros para observar en todo en su esplendor la lubricación que le había generado un simple roce sobre su clítoris. Se acomodó y acerco sus labios para lamer sobre la cima, la p
S
o mientras su lengua bailaba sobre su sexo, sin embargo, aquel acto de poder sobre la
e alejó y observó que el
hacia su vagina húmeda, la acaricio con
licó al momento que an
uestionó en un tono seductor sin dejar de
estar cogiéndote?-cuestiono Julián en bu
y enseguida busco sus bragas. Julián la observo con placer y al alzar l
y rápidamente las tomó, se las puso sin dejar de d
n al amanecer, les gustaba jugar con él, pero no sabían quién era realmente y no conocí