En el momento menos oportuno
ro, la verdad era que todo cambió: una n
úsica y Anna le mostró su cuarto. Fue ahí donde ella lo aventó a su cama y después le dio otros besos,
, pero sabía que Víctor era de esos hombres que necesitaban tie
a mientras le acariciaba su rostro y sonreía. "Eres he
í, en medio de la oscuridad. Leo nunca le había dicho palabras bonitas, lo
re su cama y dejó
e ti me encanta -sus
u frente; qué problema había ga
dos golpecitos a la pu
ostro y abrió los ojos. Era su
spondió Vícto
silueta oscura se podía div
e? -preguntó
o estoy mu
cen
pad
r -sugirió con tomo apacible-. A veces haces
salió de la habitación, llevó una mano hasta uno
haré
noche de su habitación y observó que Leo acababa de enviarle un mensaje: "llega a mi casa
maquilló y salió de su cuarto. Su h
reguntó desde el
horrenda cara -respondi
vas a ir! -se levantó-, ni se
su boca de la impresión. Un silenc
reguntó Anna c
Sé que te vas a ver con el idiot
a torcida-. Tú puedes salir a verte con tus amigotes, pero yo
s no habría ningún problema, pero es con el imb
iendo un poco más la voz-, ¿desde cuándo de
na.
Tú no me mandas ¡y si a mí se me da
r -Ower la observó co
ado hasta la puerta, abrió y la ce
rimas que rodaban por sus mejillas. Quería gritar de la im
a sonrisa fingida en el rostro, así f
sabía lo que pasaría. Tenía que desnudarse al llegar y dejar que Le
a penetrarla con fuerza. Las manos de Anna apretaban con fuerza las sábanas y su garganta soltaba grit
ejó que aquel blandengue entrara en su vida. ¿P
izo perfecta" recordaba
a volviendo más fuertes sus envestidas y pasaba una man
rame! -se acercó más a ella y la tomó de la barbi
egar a su oreja. Leo se quitó la camisa y terminó de desvestirse por comp
. Leo sabía cuáles eran sus puntos débiles y el lugar exacto donde el
Vamos -la penetró con fuerza-. D
tía su cuerpo volverse a erizar. Una nalgada y su excitación cre
a que yo te lo haga! -o
-dijo Anna en
s se detuvo. Anna volteó a ver y vio que el
n y lo vio llegarse. Algo de odiaba de Leo: nun
na mano a sus ojos y los frotó mientras, con la otra, t
ntestó con
e desperté?
-, pero no importa, ¿qué sucede? Te
.. no sé qué le pasa, bueno, sé que ella es
mpuesto por lo que acababa de escuchar. El
ipo? -pr
ciera, que se quedara en la casa. Yo sé que se fue con él, porque en la noche siempre que lo hace es por él. Una vez la seguí para sabe
Anna se fijaría en él? Era bastante absurdo que hasta le hizo un poco de gracia. Soltó una
nca lo había hecho: de mal humor. Todos sus compañer
reguntaban sus ami
-respondía
ara pasar el tiempo y que sus compañeros no lo molestaran; cómo le habría encantado ese día
na sonrisa desplegada cuand
días -
era de esos que se les hacía i
castellano -dijo Anna
-soltó
stigación y cuando la profesora
traba a Anna. Ella sentía que hablaba con el viento, por primera vez en todo el
darse por vencida; algo que
libro y la observó fijam
pasamos toda la tarde juntos -dibujó u
s que soy -dijo con tono seco y áspero
con él, además... -su voz se quebró, tuvo que respira
como si quisiera encontrar en ella u
visto besándose, ¿cómo quieres que no piense que tú no estab
quirió Anna b
smo hermano
serio? -se acercó un poco más a él-, Ower me odia
no quiero ser grosero contigo. No
unas amigas, te juro que no me vi con Leo. Discutí con mi hermano porque él creía que me iba a ver con Leo, pero le dije que no era así, sabes cómo es él, obviamente O
... y
sonrió-, la que dicen que se acuesta con cualquiera. Claro, tú no puedes estar con alguien así -se levantó de la
, no
lvió a sonreír-, ya en
a su puesto y se sentó mientras intentaba no observar a Víctor. Sabía que con aquellas palabras
tidas ocasiones volteó a verla con rostro preocupado. Cuando sonó el cuarto timbre
ono afanado-, no debí
ando. Mientras recogía sus libros, tornó su rostro seri
ntes. ¿Qué van a pensar las personas cuando nos vean? Estoy segur
pensativo y alg
pasado contigo, eres una persona maravillosa y me entristece que piense
e seas así -confesó Ví
dijiste que sí lo creías,
Pensé que alguien como tú no querría estar conmi
ios por el asombro que
Víctor-. Siempre te has rodeado de hombres como Leo y yo no soy para nada ese tipo de hombre,
ablar -esbozó Anna-, yo... Lo mejor es que
ué? -soltó Víct
eco- yo en realidad no soy
bes aceptarla -Víctor tomó una de sus manos y la entrelazó co
hacer lo mismo. Le mostró una gran sonri
r más privado -dijo mient
naban tomados de la mano. Parecía que a Víctor nada de esto le
era problemas con él. Pero en ese momento Anna estaba viviendo algo totalmente diferente a lo que
ompañía, había un grupo de jóvenes jugando un partido que, por
ar toda la vista del partido. Víctor seguía tomándola d
co de años, Anna. Recuerdo que la primera vez que te vi fue el primer día
l ceño mientra
l eras la que siempre alzaba la mano para dar las respuestas y todos los niños te seguían. Después... dejaste de asistir y no te pude volver a ver. Creí que no volvería a encontrarme contigo, pero te volví a ver cuando me hice
el pa
a buscarte en el parque y te encontramos con tu grupo de amigos, habla
Anna ruborizad
stinada, hablando con tanta seguridad a todos y metiéndote en problemas -soltó una p
tó Anna con
tenecías a una i
no me recu
itos soltaron
í muchísimo -confesó Víctor con alegría-, pero nunca
tal vez ahora seríamos gr
ser solamente
... ¿qué
ra, sin prisa, como debía ser. Lentamente acercó su rostro hasta ella, sus labios pudieron sentirla y poco
en ese instante que Víctor ganó el corazón de Anna.
a de ella ahora que estaba viendo a Víctor con otros ojos. No quería sufrir por amor, porq
surró Víctor en su oíd
Para su fortuna, Leo no había llegado a clases y pudo
ersaban de temas generales. Algo característico en Víctor era su falta de morbo, prefe
de helado de fresa en la sala, ya que a Víctor no le gustaba entrar en cu
mó en un mom
mirada y Anna lo
tienes unos ojos hermosos, lá
no perder la beca -respondió Víctor m
? -inquirió
edicina -respondió el joven con
me sorprende para nada, eres bastante inteligente y... es normal que alguien com
mientras escribía una
la, terminó observando el helado que poco a poco se iba derrit
lzó la mirada- ¿qué carr
sidad -Anna bajó la mirad
or
e int
mucho, -insistió Víctor- como la rep
ncaró-. Yo no soy como tú, ¿sí?, no me inte
de ser admitida en la univ
intentó que su respiración se calmara, así mismo c
ma, por favor -pidió al
quilidad-, eres inteligente y pued
tió Anna. Sentía que el cualquier m
udiando negocios internacionales, tu madre es gerente... -la observó fijamente- parece que es algo que le apasiona muc
ristalizaron, apartó el rostro de Víctor en un
onrió, aunque sabía que ella no lo podía ver-. Tienes una gran apt
trado su punto más frágil y la estaba escarbando con intenciones de encontrar
lograrlo -susurró Vícto
oy a poder entrar, ¿quién me va a pagar la inscripción? Mi mamá
ras le acariciaba el cabello-, tú eres muy i
ensidad. La joven trataba de limpiar las lágrimas con sus manos, pero s
ara aquella guerra con sus lágrima
da y creerá en ti -dijo Víctor con mucha seguridad-. Yo te estoy ayudando a superarte, te estaré apoyando
ro
anos de Anna a su rostro y las besó-. Mi princesa
en su vida? ¿Acaso Víctor era un ángel? ¿Por qué la estaba tratando tan