La obsesión del mafioso italiano
tienda en busca de alimentos para mi despensa vacÃa y u
Con dinero en mano, le agradezco y salgo de nuevo, sosteniendo una
cabo de escuchar. Aprieto con fuerza el asa de la bolsa
l enfocarme en los contenedores de basura, cubier
o una figura humana en cuclillas en la e
r corriendo en una situación asÃ, ya que no sé si esta persona es peligrosa, pe
de nuevo. Esta vez, alza la cabeza, r
eridas en el rostro y rastros de sang
u atención, aunque solo asiente con la cabeza -¿DeberÃa llamar a la policÃa? Estás
tar la cabeza, sus ojos frÃos, frágiles y vacÃos me miran sin emociones. Es lo q
o asÃ? -insisto en el interrogatorio
ga a buscar algún teléfono o contacto entre sus ropas. Aunque inva
ndome caer en la nieve po
e de manera tonta -DÃgame dónde vive o
darme respuesta.
rda insistencia, me levanto, tomo mi sombrilla
el frÃo o porque está herido, pero ambas c
z más -¿Puede levantar
ia. Sin embargo, no puedo simplemente irme a mi apartamento, comer y dormir tan tranquilamente después de encontrar a una pe
anidad, Karina,
en mà y avanzamos hundiendo los pies en la espesa nieve. Es más grande de lo que aparenta, no lo puedo ver claramente por
apartamento. Con dificultad, avanzo por el pasillo hasta que finalmente encuentro mi puerta. Ingres
sacudo, manteniéndolo d
tina de agua tibia para combatir el frÃo, busco una toalla seca y lu
mis débiles fuerzas nuevamente -¿Puede moverse? Necesito qu
su voz ronca me
n -le indico. Pasando su mano por mi hombro, lo encamino hasta
lta que lo b
eligroso, ¿y si me hace algo? Dos: no sé quién ni por qué lo dejaron de esa manera tan deprimente, herido y casi mue
ldición al escuchar un
n el hombre al lado de la tina, desnudo
udándolo a mantenerse firme -Oiga,
ea casi en un s
la tina, pero me detengo al ver su cuerpo desnudo; sin embargo, no es eso lo que me distrae,
a débilmente, sacándo
samente, pero a este paso tardaré toda la noche en te
a rociar el agua sobre él, quien al se
e queja
o golpeado y lleno de sangre con una mano, m
, y sus facciones me gritan a pulmón que tuvo una buena vida, solo que está maltratado. A
metà un erro
o, terminando con el baño -espere a
clóset algo que sea de su talla. Anteriormente, mi ex novio venÃa aquà según a v
ir y una playera negra. Eso será suficiente, aunque dud
opa y sostengo una toalla -encontré a
n -m
ir, me deten
playera aún, hay que tratar esa h
antalón negro también, además de zapatos caros. No p
na idea en plena tormenta de nieve, y mucho menos cua
e del baño. Al darme cuenta de eso, saco las compras que hice y llevo el paraguas
os, terminar de hacer el chocolate, pero el hombre sigue sin salir del baño. Ya era
n algunas partes moradas y verdes por los golpes, sin mencionar esa herida que aún sangra -. Creo que le ha quedad
, con el cabello
rida -le digo -tome asie
el sofá mientras yo saco alcohol,
ntes de llevar el algodón hú
Hace una mueca mientras lo trato, pero permanece quieto. Finalmente,
posar mis ojos en su rostro golpeado -¿Quiere que l
sin golpes. Ahora se ve guapo; me lo imagino sin esos moretones. Mirándolo más de cerca, noto el color de sus ojos. Azules oscur
ndome más cerca a su lado, y con mi mano exte
ientras lo hago. Ahora que lo analizo mejor, no se ve c
rminando de untarle un poco
encio mientras recojo las cosas dentro
oco, le servirá para el frÃo -le ofrezco, r
S
dolo con la camiseta que antes era de mi ex. Me
a come
o te i
o, dándole la espalda y sirviendo la sopa que habÃa cocinad
pon
s, pero aún asà su
escucho dec
biertos de un lugar a otro -. Fue un acto natural de hum
ré después con este homb
-está caliente todavÃa, tómelo con calma. Y si no e
r extraño en tu casa
-lo miro
on esa mirada tan profunda y frÃa -¿
cortando el co
no creo que sea tan desagradecido como para atacarme después de que le salvé la vida. Y si me pregunta por qué lo metà a mi apartamento sie
cen
Qu
o Vicenz
pronuncio suave
S
reconsiderando mi torpeza de darle mi verda
mbre con su acento -.
nerable como antes, más bien su aspecto moribundo ha
Me disculpé con él antes de dirigirme a la misma y abrirla, para encontrarme con la última persona que deseaba v
aquÃ? -le pu
rató de acercars
? -cuestio
puso esa cara lastimera de nuevo -¿No podemos solo
dà que lo
illo cerrando la puerta del apartamento a mis espaldas. Primero, porque no quiero que vea a Vicenzo y
ras, deja el acoso constante conmigo, no va a funcionar -espeté irritada
necesito a ti, todo lo que pasó fue un e
no volveré contigo. Asà que lárgate de m
vo, pero me sostuvo la muñeca c
rodeando todo mi cuerpo con sus brazos -¿Sabes cuánto he sufrido estos últimos meses?
por unos breves segundos para luego
r. Eso era antes de que te metieras en las piernas de Angelina, ve con ella y dile q
no es nad
es para mÃ, asà que
como dé lugar. Golpea la puerta con fuerza hasta que se cansa y se va. Suelto un suspiro angustioso para luego encontr