La droga del amor
mano, Leanna Powell ir
nidos del dormitorio la detuvieron y al
te... Es demasia
una mujer se
no era ajena a lo que si
u tío Nate Holland. No podía creer que fuera él
les se esparcieron por todas partes. Leanna fue corr
moviéndose a un ritmo constante, con la mitad inferior oc
su espalda, supo
una mujer sumida e
ró un zapato junto a la puerta y se
toda prisa de
ta de la villa, el hombre se sen
desnudo, pero ll
te y exhaló el humo, desdibujando sus atractivos rasgos. S
u sujetador. Luego, abrazó la cintura de Nate sonriendo
pasible. "Vete ahora",
nvertir ese acto en realidad, ahor
ró acariciand
órdenes rara vez eran desafiadas, y quienes lo hacían a menudo enfrentaban
sácala
dido,
o volvió y, de pie junto a la cama, le informó a su jefe: "Señor, la señorita Leanna se fue
que los firme, estoy s
dido,
Leanna se dirigió a la casa de
obre su hombro. "Maisie,
an una relación romántica. Además, tiene treinta años. Es normal que quier
raviada. "Pero no e
todo el mundo, es tu tío y ustedes
en silencio mient
su vínculo familiar era inútil cua
as, por lo que era imposible
busivos tíos a los dieciséis años y b
el antiguo líder de la respetada familia Holland, le debía
familia Holland, descubrió que Colten ya se habí
de Kristy Holland, la nueva esposa d
ue jugueteó con sus pulgares mientras Kristy, con una mirada de despreci
se escuchó una voz desdeñosa y burlona: "Señora Holland, ¿acaso solo finges generosidad cuando mi padre está cerca? ¿Por qué
sorpresa y vio a un hombre
cruzados, mirándolas desde arriba