Secreto de Oficina.
tadora, pero inesperadamente el sonido del teléfono de ofic
¿
, necesito ver
esita
S
de Raquel se hicieron
voy,
por halagos por parte de mi jefe. Claro, todo con respecto a mi trabajo, pero no podía evitar estar deslumbrada por él. Su simple cercanía despertaba mi nerviosismo y sentía que no aguantaba estar mucho tiempo a su lado sin sentirme nerviosa. Tomé aire antes de salir de mi
ya est
aun evadiend
ént
S
é con n
io donde él estaba sentado, aun mirándola. Samuel se levantó de su as
Se
, sí
a de la mano, hacia el asiento detrás del
ént
este es
s aprend
l asi
en un lugar como este... A menos que seas co
ntió fervi
ero
acia abajo hasta que finalmente ella se sentó en aquell
ves
ó Sa
¿
do su mirada hacia arriba
her
ió un poco
esito que trabajes en unos documen
supuest
ía que esos trabajos implicaban trabajar h
rfe
y rozó con su dedo el hombro de Raque
todo, pu
ente se levant
e pondré a tr
inó hacia
ñor
, se
grara ver que ese pequeño roce me ha
e necesito esos do
ara
reloj, solo para percatarse de que
que termine, sin impo
bien,
encia a mi tesis, ya que prácticamente la había terminado, así que podría trabajar sin presi
mí: "Es solo mi imaginación". Me repetí varias veces en mi mente algo que decía las últimas semanas cuando él hacía cosas que pensara lo contrario, como cuando mi
habían ido ya a sus casas; sobó un poco su hombro derecho y continuó esc
¿
lgo asusta
cina, haciendo que Ra
¿qué hac
ue la e
son
imagi
n cuanto termine se lo dejo en su oficina o
as sillas, halándola hacia donde
espe
se sentaba j
. Est
sentía la mirada sobre ella. Volteó a ver unos documento
dígame, ¿
y negó preocupa
puedo hacerlo
uiero a
dar..
mantenían el contacto con s
imaginación,
ola, por lo que acab
lo
ente hacia los labios de ton
... ¿Q
he podido evitar
o realidad. En verdad, tocaba mi piel con el deseo de hacerlo y eso me hizo estremecer. Vi cómo sus labios se acercaron a
ce. La intensidad de este tampoco era algo que me desagradar
esto, pero simp
profundamente, mientras aún apretaba mis mejillas con
está mal,
beso que me daba. Sentí el roce de su lengua con la mía y supe que eso ya no se podía evitar. No podía evitar querer besar
mejillas sonrojadas de Raquel y al apart
mos continuar
abía ocurrido, también sonrió y afir
S
omputadora y aunque comenzó a teclear, su conc
la oficina hacia el ascensor y ninguno dijo nada al entrar a este, pero antes de que el ascensor abriera sus puertas en recepción, tomó mi mano acercánd