Secreto de Oficina.
cuerpo se estremeciera. Cada beso que depositaba en mí hac
s he
ada de ese hombre, y aunque tenía miedo de avanzar más en nuestra rela
es det
Raquel que cami
ngo por qué soportar esto, es dec
rdad me
con algo d
nde? Se supone que
ía al sentir que quizás solo el
.. Tú no m
nuar con su camino, pero Samuel nue
es
der que es entonces! ¿Por qué actúas así conmigo? E
Raquel, y lo que no q
e Raquel cambió a un
tender que no siempre e
ciendo que ella sonriera al ver lo
ser un patán, pero no signific
n s
ue decía Samuel fuera verdad. Samue
che termine así, quier
er
hizo que Samuel se sintiera algo conmovido. Abrazó por la c
larías es
sintió co
Los besos sobre mi cuello y su halago hicieron que nada de eso importara, pero aún había alg
su cuello, empujándolo s
ué
a sus ojos y sus me
o.
io y bajó su mirada c
o he estado
el so
has mantenido así? No me digas que es po
aún, evitando
ue no me he dado la oportunidad de conocer a alguien que valgbreve s
¿Yo valg
los ojos y sonrió dulcemente; bes
va
por las palabras de Raquel y nuevamente s
straré q
cuando este fue depositado en uno de los sofás de la habitación
s pensamientos al recostarse sobre mí y besarme como lo hizo. Su lengua buscaba con desespero la mía y cuando la encontró se tocaron, dándome una sensación de cosquilleo. Mis manos se dirigieron hacia los botones de su camisa, quitando cada uno con un poco de torpeza que provocó una ligera risa en él. Cuando por fin tuve su pecho desnudo, lo acaricié haciendo que él hiciera lo mismo con la blusa blanca que tenía puesta e
e lo miraba un poco temerosa po
miedo, seré
só sus labios y, mientra
evidente y, aunque deseaba sentir p
eder a ella, pero era
nte cuidadoso, era inevitable sentirlo. En verdad q
ue soportar
ojos que con tanta fuerza cerraba Raquel se abr
. Lo
notó cómo empujaba involuntaria
y negó co
mera vez,
cuerpo de Raquel y se
ó más fuerte a Samuel, notando que e
, intentemos
ás se
S
Samuel y esta vez ella fue la que se c
nuevamente que él entrara en ella, pero apenas si solo había entrado un poco de su masculinidad, la fr
te y levantó su cuerpo
iciente
lo cual Raquel solo