La historia de una tulpa
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argo, ella no lo sabía, y Avalón -el nombre de la muchacha con la cual convivía- no le prestaba atención alguna. Siempre estaba muy inmiscuida en sus cosas, por lo cual, Krystal debía comprender el mundo de manera solitaria sin n
omporta como alguien ridículo. Ingenua, sin maldad alguna. Siempre dice lo que piensa hasta en las mínimas cositas,
ma comienza a levantarle el tono de voz, su rostro angelical digno de pasarela se transforma. Abre sus ojos al máximo, hasta parece que las bolas oculares saltarán por el lugar. Después, frunce el puente de la nariz, y sus cejas se inclinan levemente. El corazón le bombea rápido, Krystal puede oírlo desde donde está sentada sie
tiene el baño, lo que los humanos llaman "enojarse", una acción