Mi trato con el millonario ruso
ntras me siento en el sof
pero ella es claramente nueva y lo intenta. También podría dejarla
os a mi cuello y me quita la chaqueta. Luego, me empuja contra el respaldo. Frunzo el
-murmura, deslizando sus manos por mi pecho hasta posarlas en mi cintura.
ara burlarse del soltero perpetuo. Seguí adelante, nunca esperé que este
evaluado solo con su voz, tacto y tacto: altura promedio, curvas en los lugares correctos y cab
apoyabrazos. Ella es solo
zo, y un suave suspiro escapa de sus labios mientras intenta encontrar un ritmo. Es torpe y entrañable, nada que ver con las mujeres exper
ca que nunca haya bailado para otro hombre? -susurra en mi oído. Su voz es suave, como l
ente de que es la primera v
o de su ropa y el roce de su cabello contra mi mejilla pintan una imagen vívida, incluso cuando no veo nada en absoluto. Soy un hombre acostumbrad
iedad en su pregunta, una necesidad de
o desatar la pasión que puedo sentir burbujear justo debajo de su super
y caída de sus caderas, cada movimiento se vuelve m
polla, rebotando arriba y abajo. Ella toma suavemente una de mis manos y la coloca sobre su vientre. Lo siguiente que sé es que tiene
vientre y el borde de su pelvis, y luego, para mi sorpresa, ella lo levanta. Llego a la hinchazón de su pecho y, de repente,
", susurro antes de darme c
eza a frotarse más fuerte contra mí. Me recuesto, con una mano todavía detrás de mi cuello y la otra en la curva de su cadera. La dejo hacer lo suyo y se pierde por com
lerando contra mi pecho, su respiración volviéndose irregular y necesitada. Mientras continúa moliendo, puedo sentir su humedad filtrándose a través de mis
aciendo -jadea, sonando des
quila y en control, pero mi corazón se acelera y mi respirac
ás. Instintivamente agarro sus caderas, empuj
iración de Hada se entrecorta y siento una repentina tensión a mi alrededor que
trecortan y luego se
ón me impactó como una tone
os y reclamarla como mía, mis nudillos se ponen blancos. Ella es
masculino primitivo que cobra vida. Quiero se
y algo parecido a asombro. Pero ya he superado el punt
cumpleaños y voy a disfrut
onco que apenas reconozco. "No hay nada
a en que se mueve su cabello me
que me quiere tanto como yo la quiero a ella. Mientras mis dedos rozan la suavidad de su piel, la acerco m