ADICTA A SUS BESOS
antes de subirse a un vehículo de alta gama. Recibí el video de uno de mis hombres de confianza en mi laptop y lo observé con incredulidad. Todo parecía ir bien entre
efe? -preguntó Roberto a
o, pero por ahora no actúen. Te necesito a
aletero. La puerta se abrió desde adentro y solo pude distinguir que era un hombre de cabello oscuro, con traje elegante, y que un anillo brillaba en su dedo anular. Voy
mento no tiene sentido pensar en que sea una mujer de alta cuna, en que sea reconocida en las altas esferas como trabajadora y exitosa en su c
, así que simplemente tomé rumbo a la salida y le pedí al chofer que me llevara a un bar. Necesito altas dosis de licor y música fuerte para inten
, señor -me in
ocida para mí. Miro el rostro del joven y me doy cuenta de que es nuevo; él no
er que efectivamente estamos en una zona de bares, pero no so
con cierto orgullo
sino que, al estar cerca de una zona universitaria,
tro años menor que yo, así que no podemos esta
o espero aquí -le digo antes de salir del
me observan raro al principio porque mi atuendo no combina con la etiqueta del lugar, pero pronto vuelven a ignorarme, a excepción de las chicas, ya que para mi deleite, muchas están pendien
beber. Observo todas las mesas que puedo y, para mi sorpresa, todos b
e deja intuir lo helado que está el producto. Hace casi dos años que no tomo cerveza, pues eso no combina con el
oco a poco, casi de manera inconsciente, voy descartando a varias por diversas razones: gustos vulgares para vestir, risas estridentes y exageradas, cirugías muy evidentes, e inclu
i lista a todas. Pero entonces una mujer hace su aparición, captando no solo mi atención, sino la de muchos hombres del lugar. Su larg
a joven pasa por mi lado y me ignora por completo. Su destino es una mesa donde se reúne un grupo grande de jóvenes. Saluda a todos y luego recibe un cuaderno grande
go al oído que evidentemente no le gusta, y es entonces c
, mientras levanta la mano para hacerle un gesto a l
do y, en parte, complacido por la escena que estoy observan
palabras-. Te creí devastado como la vez pasada, pero
veza en la cabeza del sujeto. Le arrebata el cuaderno, apr
. La quiero dócil y lista para casarse conmigo en dos días -ahora sí volteo a ver a mi
ta la mesera de grandes tatuajes, al
mujer, y luego levanto la voz para que todos esc
idad pocas veces tiene tanto tra
de grandes atenciones por parte de todo el personal. Incluso me di el lujo
gran